jueves, 26 de julio de 2018

Jeremías 22-24

Jeremías 22
1 Yahveh dijo así: Baja a la casa real de Judá y pronuncias allí estas palabras.
2 Dirás: Oye la palabra de Yahveh, tú, rey de Judá, que ocupas el trono de David, y tus servidores y pueblo - los que entran por estas puertas -.
3 Así dice Yahveh: Practicad el derecho y la justicia, librad al oprimido de manos del opresor, y al forastero, al  huérfano y a la viuda no atropelléis; no hagáis violencia ni derraméis sangre inocente en este lugar.
4 Porque si ponéis en práctica esta palabra, entonces seguirán entrando por las puertas de esta casa reyes sucesores  de David en el trono, montados en carros y caballos, junto con sus servidores y su pueblo.
5 Mas si no oís estas palabras, por mí mismo os juro - oráculo de Yahveh - que en ruinas parará esta casa.
6 Pues así dice Yahveh respecto a la casa real de Judá: Galaad eras tú para mí, cumbre del Líbano: pero ¡vaya si te trocaré en desierto, en ciudades deshabitadas!
7 Voy a consagrar contra ti a quienes te destruyan: ¡cada uno a sus hachas! Talarán lo selecto de tus cedros, y lo arrojarán al fuego.
8 Muchas gentes pasarán a la vera de esta ciudad y dirán cada cual a su prójimo: «¿Por qué ha hecho Yahveh semejante  cosa a esta gran ciudad?»
9 Y les dirán: «Es porque dejaron la alianza de su Dios Yahveh, y adoraron a otros dioses y les sirvieron.»
10 No lloréis al muerto ni plañáis por él: llorad, llorad por el que se va, porque jamás volverá ni verá su patria.
11 Pues así dice Yahveh respecto a Sallum, hijo de Josías, rey de Judá y sucesor de su padre Josías en el reino, el  cual salió de este lugar: «No volverá más aquí,
12 sino que en el lugar a donde le deportaron, allí mismo morirá, y no verá jamás este país.»
13 ¡Ay del que edifica su casa sin justicia y sus pisos sin derecho! De su prójimo se sirve de balde y su trabajo no le paga.
14 El que dice: «Voy a edificarme una casa espaciosa y pisos ventilados», y le abre sus correspondientes ventanas; pone paneles de cedro y los pinta de rojo.
15 ¿Serás acaso rey porque seas un apasionado del cedro? Tu padre, ¿no comía y bebía? - «También hizo justicia y equidad.» - Pues mejor para él.
16 «- Juzgó la causa del cuitado y del pobrecillo.» - Pues mejor. ¿No es esto conocerme? - oráculo de Yahveh -.
17 Pero tus ojos y tu corazón no están más que a tu granjería, - ¡Y a la sangre inocente! - Para verterla. - ¡Y al atropello y al entuerto! - Para hacer tú lo propio.
18 Por tanto, así dice Yahveh respecto a Yoyaquim, hijo de Josías, rey de Judá: No plañirán por él: «¡Ay hermano mío!, ¡ay hermana mía!»; no plañirán por él: «¡Ay Señor!, ¡ay su Majestad!»
19 El entierro de un borrico será el suyo: arrastrarlo y tirarlo fuera de las puertas de Jerusalén.
20 Sube al Líbano y clama, por Basán da voces y clama desde Abarim, porque han sido quebrantados todos tus amantes.
21 Te había hablado en tu prosperidad. Dijiste: «No oigo.» Tal ha sido tu costumbre desde tu mocedad, nunca oíste mi voz.
22 A todos tus pastores les pastoreará el viento, y tus amantes cautivos irán. Entonces sí que estarás avergonzada y confusa de toda tu malicia.
23 Tú, que te asentabas en el Líbano, que anidabas en los cedros, ¡cómo suspirarás, en viniéndote los dolores, el trance como de parturienta!
24 Por mi vida - oráculo de Yahveh -, aunque fuese Konías, el hijo de Yoyaquim, rey de Judá, un sello en mi mano diestra, de allí te arrancaría.
25 Yo te pondré en manos de los que buscan tu muerte, y en manos de los que te atemorizan: en manos de Nabucodonosor, rey de Babilonia, y en manos de los caldeos;
26 y te arrojaré a ti y a la madre que te engendró a otra tierra donde no habéis nacido, y allí moriréis.
27 Pero a la tierra a donde anhelan volver, no volverán.
28 ¿Es algún trasto despreciable, roto, este individuo, Konías?; ¿quizá un objeto sin interés? Pues entonces, ¿por qué han sido arrojados él y su prole,  y echados a una tierra, que no conocían?
29 ¡Tierra, tierra, tierra! oye la palabra de Yahveh.
30 Así dice Yahveh: Inscribid a este hombre: «Un sin hijos, un fracasado en la vida»; porque ninguno de su descendencia tendrá la suerte de sentarse en el trono de David y de ser jamás señor en Judá.
 
Jeremías 23
1 ¡Ay de los pastores que dejan perderse y desparramarse las ovejas de mis pastos! - oráculo de Yahveh -.
2 Pues así dice Yahveh, el Dios de Israel, tocante a los pastores que apacientan a mi pueblo: Vosotros habéis dispersado las ovejas mías, las empujasteis y no las atendisteis. Mirad que voy a pasaros revista por vuestras  malas obras - oráculo de Yahveh -.
3 Yo recogeré el Resto de mis ovejas de todas las tierras a donde las empujé, las haré tornar a sus estancias, criarán y se multiplicarán.
4 Y pondré al frente de ellas pastores que las apacienten, y nunca más estarán medrosas ni asustadas, ni faltará  ninguna - oráculo de Yahveh -.
5 Mirad que días vienen - oráculo de Yahveh - en que suscitaré a David un Germen justo: reinará un rey prudente, practicará el derecho y la justicia en la tierra.
6 En sus días estará a salvo Judá, e Israel vivirá en seguro. Y este es el nombre con que te llamarán: «Yahveh, justicia nuestra.»
7 Por tanto, mirad que vienen días - oráculo de Yahveh - en que no se dirá más: «¡Por vida de Yahveh, que subió a los hijos de Israel de Egipto!»,
8 sino: «¡Por vida de Yahveh, que subió y trajo la simiente de la casa de Israel de tierras del norte y de todas las tierras a donde los arrojara!», y habitarán en su propio suelo.
9 A los profetas. Se me partió el corazón en mis adentros, estremeciéronse todos mis huesos, me quedé como un borracho, como aquél a quien le domina el vino, por causa de Yahveh, por causa de sus santas palabras.
10 «Porque de fornicadores se ha henchido la tierra. (A causa de una maldición se ha enlutado la tierra, se han secado los pastos de la estepa.) Se ha vuelto la carrera de ellos mala y su esfuerzo no recto.
11 Tanto el profeta como el sacerdote se han vuelto impíos; en mi misma Casa topé con su maldad - oráculo de Yahveh -.
12 Por ende su camino vendrá a ser su despeñadero: a la sima serán empujados y caerán en ella. Porque voy a traer sobre ellos una calamidad, al tiempo de su visita» - oráculo de Yahveh -.
13 En los profetas de Samaría, he observado una inepcia: profetizaban por Baal y hacían errar a mi pueblo Israel.
14 Mas en los profetas de Jerusalén he observado una monstruosidad: fornicar y proceder con falsía, dándose la mano con los malhechores, sin volverse cada cual de su malicia. Se me han vuelto todos ellos cual Sodoma, y los habitantes de la ciudad, cual Gomorra.
15 Por tanto, así dice Yahveh Sebaot tocante a los profetas: He aquí que les voy a dar de comer ajenjo y les voy a dar de beber agua emponzoñada. Porque a partir de los profetas de Jerusalén se ha propagado la impiedad por toda la tierra.
16 Así dice Yahveh Sebaot: No escuchéis las palabras de los profetas que os profetizan. Os están embaucando. Os cuentan sus propias fantasías, no cosa de boca de Yahveh.
17 Dicen a los que me desprecian: «Yahveh dice: ¡Paz tendréis!» y a todo el que camina en terquedad de corazón: «No os sucederá nada malo.»
18 (Porque ¿quién asistió al consejo de Yahveh y vio y oyó su palabra?, ¿quién escuchó su palabra y la ha oído?)
19 Mirad que una tormenta de Yahveh, su ira, ha estallado, un torbellino remolinea, sobre la cabeza de los malos descarga.
20 No ha de apaciguarse la ira de Yahveh hasta que la ejecute, y realice los designios de su corazón. En días futuros os percataréis de ello.
21 Yo no envié a esos profetas, y ellos corrieron. No les hablé, y ellos profetizaron.
22 Pues si asistieron a mi consejo, hagan oír mi palabra a mi pueblo, y háganle tornar de su mal camino y de sus acciones malas.
23 ¿Soy yo un Dios sólo de cerca - oráculo de Yahveh - y no soy Dios de lejos?
24 ¿O se esconderá alguno en escondite donde yo no le vea? - oráculo de Yahveh -. ¿Los cielos y la tierra no los lleno yo? - oráculo de Yahveh -.
25 Ya he oído lo que dicen esos profetas que profetizan falsamente en mi nombre diciendo: «¡He tenido un sueño, he tenido un sueño!»
26 ¿Hasta cuándo va a durar esto en el corazón de los profetas que profetizan en falso y son profetas de la impostura de su corazón?,
27 ¿los que piensan hacer olvidarse a mi pueblo de mi Nombre por los sueños que se cuentan cada cual a su vecino, como olvidaron sus padres mi Nombre por Baal?
28 Profeta que tenga un sueño, cuente un sueño, y el que tenga consigo mi palabra, que hable mi palabra fielmente. ¿Qué tiene que ver la paja con el grano? - oráculo de Yahveh -.
29 ¿No es así mi palabra, como el fuego, y como un martillo golpea la peña?
30 Pues bien, aquí estoy yo contra los profetas - oráculo de Yahveh - que se roban mis palabras el uno al otro.
31 Aquí estoy yo contra los profetas - oráculo de Yahveh - que usan de su lengua y emiten oráculo.
32 Aquí estoy yo contra los profetas que profetizan falsos sueños - oráculo de Yahveh - y los cuentan, y hacen errar  a mi pueblo con sus falsedades y su presunción, cuando yo ni les he enviado ni dado órdenes, y ellos de ningún provecho han sido para este pueblo - oráculo de Yahveh -.
33 Y cuando te pregunte este pueblo - o un profeta o un sacerdote -. «¿Cuál es la carga de Yahveh?» les dirás: «Vosotros sois la carga, y voy a dejaros en el suelo - oráculo de Yahveh -.»
34 Y el profeta, el sacerdote o cualquiera que dijere: «Una carga de Yahveh», yo me las entenderé con él y con su  casa.
35 Así os diréis cada uno a su prójimo, y cada uno a su hermano: «¿Qué ha respondido Yahveh?, ¿qué ha dicho Yahveh?»
36 Pero de eso de la «carga de Yahveh» no os acordaréis más, porque tal carga sería para cada uno su propia palabra. Porque trastornáis las palabras del Dios vivo, Yahveh Sebaot nuestro Dios.
37 Así diréis al profeta: «¿Qué te ha respondido Yahveh?, ¿qué ha dicho Yahveh?»
38 Pero como habléis de «carga de Yahveh», entonces así dice Yahveh: «Por haber dicho eso de carga de Yahveh por más  que os avisé que no dijerais carga de Yahveh,
39 por lo mismo, he aquí que yo os levanto en alto y os dejo caer a vosotros y a la ciudad que os di a vosotros y a vuestros padres.
40 Y os pondré encima oprobio eterno y baldón eterno que no será olvidado.»
 
Jeremías 24
1 Hízome ver Yahveh, y he aquí que había un par de cestos de higos presentados delante del Templo de Yahveh - esto era después que Nabucodonosor, rey de Babilonia, hubo deportado de Jerusalén al rey de Judá, Jeconías, hijo  de Yoyaquim, a los principales de Judá y a los herreros y cerrajeros de Jerusalén, y los llevó a Babilonia -.
2 Un cesto era de higos muy buenos, como los primerizos, y el otro de higos malos, tan malos que no se podían comer.
3 Y me dijo Yahveh: «¿Qué estás viendo Jeremías?» Dije: «Higos. Los higos buenos son muy buenos; y los higos malos, muy malos, que no se dejan comer de puro malos.»
4 Entonces me fue dirigida la palabra de Yahveh en estos términos:
5 Así habla Yahveh, Dios de Israel: Como por estos higos buenos, así me interesaré en favor de los desterrados de  Judá que yo eché de este lugar al país de los caldeos.
6 Pondré la vista en ellos para su bien, los devolveré a este país, los reconstruiré para no derrocarlos y los plantaré  para no arrancarlos.
7 Les daré corazón para conocerme, pues yo soy Yahveh, y ellos serán mi pueblo y yo seré su Dios, pues volverán a  mí con todo su corazón.
8 Pero igual que a los higos malos, que no se pueden comer de malos - sí, así dice Yahveh -, así haré al rey Sedecías, a sus principales y al resto de Jerusalén: a los que quedaren en este país, y a los que están en el país  de Egipto.
9 Haré de ellos el espantajo, una calamidad, de todos los reinos de la tierra; el oprobio y el ejemplo, la burla y la maldición por dondequiera que los empuje,
10 daré suelta entre ellos a la espada, al hambre y a la peste, hasta que sean acabados de sobre el solar que di a ellos y a sus padres.

Gregorio de Nisa

  San Gregorio de Nisa, también conocido como Gregorio Niseno, nació alrededor del año 335 en Cesarea de Capadocia, Asia Menor (actual Turqu...