viernes, 27 de octubre de 2017

Números 34-36

Números 34
1 Habló Yahveh a Moisés y le dijo:
2 «Da esta orden a los israelitas: Cuando entréis en el país de Canaán, éste será el territorio que os caerá en herencia: el país de Canaán con todas sus fronteras.
3 Por el sur, os pertenecerá desde el desierto de Sin, siguiendo el límite de Edom. Vuestra frontera meridional empezará por el oriente en la extremidad del mar de la Sal.
4 Torcerá vuestra frontera por el sur hacia la subida de los Escorpiones, pasará por Sin y terminará por el sur en  Cadés Barnea. Luego irá hacia Jasar Addar y pasará por Asmón.
5 Torcerá la frontera de Asmón hacia el Torrente de Egipto y acabará en el Mar.
6 Vuestra frontera occidental será el mar Grande. Esta frontera será vuestro límite al oeste.
7 Vuestra frontera por el norte será la siguiente: Desde el mar Grande trazaréis el límite hasta Hor de la Montaña.
8 De Hor de la Montaña, trazaréis el límite hasta la Entrada de Jamat, y vendrá a salir la frontera a Sedad.
9 Seguirá luego la frontera hacia Zifrón y terminará en Jasar Enán. Esa será vuestra frontera septentrional.
10 Luego trazaréis vuestra frontera oriental desde Jasar Enán hasta Sefam.
11 La frontera bajará de Sefam hacia Arbel, al oriente de Ayín. Seguirá bajando la frontera, y, tocando la orilla  del mar de Kinnéret por el oriente,
12 bajará al Jordán y vendrá a dar en el mar de la Sal. Esa será vuestra tierra con las fronteras que la circunscriben.»
13 Moisés dio esta orden a los israelitas: «Este es el país que habéis de repartir a suertes, el que Yahveh mandó dar a las nueve tribus y a la mitad de la otra,
14 pues la tribu de los hijos de Rubén con sus distintas casas paternas y la tribu de los hijos de Gad con sus distintas  casas paternas, han recibido ya su herencia; y la media tribu de Manasés ha recibido también su herencia.
15 Las dos tribus y la otra media tribu han recibido ya su herencia más allá del Jordán, a oriente de Jericó, hacia la salida del sol.»
16 Habló Yahveh a Moisés y le dijo:
17 «Estos son los nombres de los que os han de repartir la tierra: el sacerdote Eleazar y Josué, hijo de Nun.
18 Elegiréis también un principal de cada tribu, para que repartan la tierra.
19 Estos son sus nombres: por la tribu de Judá, Caleb, hijo de Yefunné;
20 por la tribu de los hijos de Simeón, Semuel, hijo de Ammihud;
21 por la tribu de Benjamín, Elidad, hijo de Kislón;
22 por la tribu de los hijos de Dan, el principal Buquí, hijo de Yoglí;
23 por los hijos de José: por la tribu de los hijos de Manasés, el principal Janniel, hijo de Efod;
24 y por la tribu de los hijos de Efraím, el principal Quemuel, hijo de Siftán;
25 por la tribu de los hijos de Zabulón, el principal Elisafán, hijo de Parnak;
26 por la tribu de los hijos de Isacar, el principal Paltiel, hijo de Azzán;
27 por la tribu de los hijos de Aser, el principal Ajihud, hijo de Selomí;
28 por la tribu de los hijos de Neftalí, el principal Pedahel, hijo de Ammihud.»
29 A éstos mandó Yahveh repartir la herencia a los israelitas en el país de Canaán.
 
Números 35
1 Habló Yahveh a Moisés en las Estepas de Moab, cerca del Jordán, a la altura de Jericó, y le dijo:
2 «Manda a los israelitas que cedan a los levitas, de la herencia que les pertenece, ciudades en las que puedan habitar y pastos de alrededor de las ciudades. Se las daréis a los levitas.
3 Esas ciudades serán su morada, y sus pastos serán para sus bestias, su ganado y todos sus animales.
4 Los pastos de las ciudades que cedáis a los levitas comprenderán mil codos alrededor de la ciudad, a contar desde  las murallas.
5 Mediréis, fuera de la ciudad, 2000 codos a oriente, 2000 codos a mediodía, 2000 codos a occidente y 2000 codos al norte, teniendo la ciudad como centro. Estos serán los pastos de las ciudades.
6 Las ciudades que daréis a los levitas serán las seis de asilo, que cederéis para que se pueda refugiar en ellas el homicida, y además les daréis otras 42 ciudades.
7 El total de ciudades que daréis a los levitas será 48 ciudades, todas ellas con sus pastos.
8 Estas ciudades que cederéis de la propiedad de los israelitas, las tomaréis en mayor número del grande y en menor del pequeño; cada uno cederá ciudades a los levitas en proporción a la herencia que le haya tocado.»
9 Habló Yahveh a Moisés y le dijo:
10 «Habla a los israelitas y diles: Cuando paséis el Jordán hacia la tierra de Canaán,
11 encontraréis ciudades de las que haréis ciudades de asilo: en ellas se refugiará el homicida, el que ha herido a un hombre por inadvertencia.
12 Esas ciudades os servirán de asilo contra el vengador; no debe morir el homicida hasta que comparezca ante la comunidad para ser juzgado.
13 De las ciudades que les cedáis, seis ciudades serán de asilo:
14 tres ciudades les cederéis al otro lado del Jordán y tres ciudades en el país de Canaán; serán ciudades de asilo.
15 Las seis ciudades serán de asilo tanto para los israelitas como para el forastero y para el huésped que viven en medio de vosotros, para que se pueda refugiar en ellas todo aquel que haya matado a un hombre por inadvertencia.
16 Pero si le ha herido con un instrumento de hierro, y muere, es un homicida. El homicida debe morir.
17 Si le hiere con una piedra como para causar la muerte con ella, y muere, es homicida. El homicida debe morir.
18 Si le hiere con un instrumento de madera como para matarle, y muere, es un homicida. El homicida debe morir.
19 El mismo vengador de la sangre dará muerte al homicida: en cuanto le encuentre, lo matará.
20 Si el homicida lo ha matado por odio, o le ha lanzado algo con intención, y muere,
21 o si por enemistad le ha golpeado con las manos, y muere, el que le ha herido tiene que morir: es un homicida.  El vengador de la sangre dará muerte al homicida en cuanto le encuentre.
22 Pero si lo derribó de casualidad y sin enemistad, o le lanzó cualquier objeto sin ninguna mala intención,
23 o le tiró, sin verle, una piedra capaz de matarle, y le causó la muerte, sin que fuera su enemigo ni buscara su daño,
24 la comunidad juzgará entre el homicida y el vengador de la sangre según estas normas,
25 y salvará la comunidad al homicida de la mano del vengador de la sangre. Le hará volver la comunidad a la ciudad  de asilo en la que se refugió y en ella vivirá hasta que muera el Sumo Sacerdote ungido con el óleo santo.
26 Pero si sale el homicida de los límites de la ciudad de asilo en que se ha refugiado,
27 y le encuentra el vengador de la sangre fuera del término de su ciudad de asilo, el vengador de la sangre podrá  matar al homicida, sin ser responsable de su sangre,
28 porque aquél debía permanecer en la ciudad de asilo hasta la muerte del Sumo Sacerdote. Cuando muera el Sumo Sacerdote, el homicida podrá volver a la tierra de su propiedad.
29 Esto será norma de derecho para vosotros y para vuestros descendientes, dondequiera que habitéis.
30 En cualquier caso de homicidio, se matará al homicida según la declaración de los testigos; pero un solo testigo no bastará para condenar a muerte a un hombre.
31 No aceptaréis rescate por la vida de un homicida reo de muerte, pues debe morir.
32 Tampoco aceptaréis rescate por el que se ha refugiado en la ciudad de asilo y quiere volver a habitar en su tierra antes que muera el Sumo Sacerdote.
33 No profanaréis la tierra en que estáis, porque aquella sangre profana la tierra, y la tierra no queda expiada de la sangre derramada más que con la sangre del que la derramó.
34 No harás impura la tierra en que habitáis, porque yo habito en medio de ella, pues yo, Yahveh, tengo mi morada entre los israelitas.
 
Números 36
1 Los jefes de familia del clan de los hijos de Galaad, hijo de Makir, hijo de Manasés, uno de los clanes de los hijos de José, se presentaron y dijeron delante de Moisés y de los principales jefes de las casas paternas de los israelitas:
2 «Yahveh mandó a mi Señor que diera la tierra en herencia, por suertes, a los israelitas, y mi Señor recibió orden  de Yahveh de dar la herencia de Selofjad, nuestro hermano, a sus hijas.
3 Si resulta que se casan con alguno de otra tribu israelita, será arrancada su parte de la herencia de nuestras familias. Aumentará entonces la herencia de la tribu a la que vayan a pertenecer, y se reducirá la herencia que nos tocó en suerte.
4 Y cuando llegue el jubileo para los israelitas, se añadirá la herencia de ellas a la herencia de la tribu a la que vayan a pertenecer y se restará su herencia de la herencia de la tribu de nuestros padres.»
5 Moisés, según la orden de Yahveh, mandó lo siguiente a los israelitas: «Dice bien la tribu de los hijos de José.
6 Esto es lo que Yahveh ordenó acerca de las hijas de Selofjad: Tomarán por esposos a los que bien les parezca, con tal que se casen dentro de los clanes de la tribu de su padre.
7 La herencia de los israelitas no podrá pasar de una tribu a otra, sino que los israelitas estarán vinculados cada  uno a la herencia de la tribu de sus padres.
8 Y toda hija que posea una herencia en una de las tribus de los israelitas se casará con uno de un clan de la tribu de su padre para que cada uno de los israelitas posea la herencia de sus padres.
9 No podrá pasar una herencia de una tribu a otra. Cada una de las tribus de los israelitas quedará vinculada a su  heredad.»
10 Tal como había mandado Yahveh a Moisés, así hicieron las hijas de Selofjad.
11 Majlá, Tirsá, Joglá, Milká y Noá, las hijas de Selofjad, se casaron con los hijos de sus tíos paternos.
12 Tomaron marido de los clanes de los hijos de Manasés, hijo de José, y así su herencia fue para la tribu del clan de su padre.
13 Estas son las órdenes y normas que dio Yahveh, por medio de Moisés, a los israelitas, en las Estepas de Moab, cerca  del Jordán, a la altura de Jericó.

Gregorio de Nisa

  San Gregorio de Nisa, también conocido como Gregorio Niseno, nació alrededor del año 335 en Cesarea de Capadocia, Asia Menor (actual Turqu...