miércoles, 20 de junio de 2018

Zacarías 1-3; Hebreos 7

ZACARÍAS  
Zacarías 1
1 En el octavo mes del año segundo de Darío fue dirigida la palabra de Yahveh al profeta Zacarías (hijo de Berekías), hijo de Iddó, en estos términos:
2 «Yahveh se ha irritado mucho contra vuestros padres.»
3 Les dirás: «Así dice Yahveh Sebaot: Volveos a mí - oráculo de Yahveh Sebaot - y yo me volveré a vosotros, dice Yahveh Sebaot.
4 No seáis como vuestros padres, a quienes los antiguos profetas gritaban así: “¡Volveos de vuestros malos caminos y de vuestras malas obras!” Pero ellos no escucharon ni me hicieron caso - oráculo de Yahveh -.
5 Vuestros padres ¿dónde están? Y los profetas ¿van a vivir por siempre?
6 Sin embargo, mis palabras y preceptos que yo había prescrito a mis siervos los profetas ¿no alcanzaron a vuestros padres? Por eso se volvieron ellos y dijeron: “Como Yahveh Sebaot había decidido tratarnos, según nuestros caminos y nuestras obras, así nos ha tratado”.»
7 El día veinticuatro del undécimo mes (que es el mes de Sebat), el año segundo de Darío, fue dirigida la palabra de Yahveh al profeta Zacarías (hijo de (Berekías), hijo de Iddó, en estos términos:
8 He tenido una visión esta noche. Era un hombre que montaba un caballo rojo; estaba de pie entre los mirtos que hay en la hondonada; detrás de él, caballos rojos, alazanes y blancos.
9 Yo dije: «¿Quiénes son éstos, señor mío?» El ángel que hablaba conmigo me dijo: «Yo te enseñaré quiénes son éstos.»
10 Y el hombre que estaba entre los mirtos intervino y dijo: «Estos son los que ha enviado Yahveh a recorrer la tierra.»
11 Entonces ellos se dirigieron al ángel de Yahveh que estaba entre los mirtos y dijeron: «Hemos recorrido la tierra  y hemos visto que toda la tierra vive en paz.»
12 Tomó la palabra el ángel de Yahveh y dijo: «Oh Yahveh Sebaot, ¿hasta cuándo seguirás sin apiadarte de Jerusalén y de las ciudades de Judá, contra las cuales estás irritado desde hace setenta años?»
13 Yahveh respondió al ángel que hablaba conmigo palabras buenas, palabras de consuelo.
14 Y el ángel que hablaba conmigo me dijo: «Clama y di: Así dice Yahveh Sebaot: Celoso estoy por Jerusalén y por Sión con gran celo,
15 y con gran irritación irritado contra las naciones que se sienten seguras, y que, cuando yo estaba poco irritado, contribuyeron al mal.
16 Por eso, así dice Yahveh: A Jerusalén me vuelvo con piedad: en ella será reedificada mi Casa - oráculo de Yahveh Sebaot - y el cordel será tendido sobre Jerusalén.
17 Clama también y di: Así dice Yahveh Sebaot: Aún han de rebosar mis ciudades de bienes; aún consolará Yahveh a Sión y aún elegirá a Jerusalén.»
 
Zacarías 2
1 Alcé luego mis ojos y tuve una visión: Eran cuatro cuernos.
2 Y dije al ángel que hablaba conmigo: «¿Qué son éstos?» Me dijo: «Son los cuernos que dispersaron a Judá (a Israel) y a Jerusalén.»
3 Yahveh me hizo ver después cuatro herreros.
4 Y dije: «¿Qué vienen a hacer éstos?» El habló y dijo: «(Aquellos son los cuernos que dispersaron a Judá, hasta que nadie osó levantar cabeza.) Y éstos han venido a espantarlos (a abatir los cuernos de las naciones que alzaron el cuerno contra la tierra de Judá para dispersarla).»
5 Alcé los ojos y tuve una visión: Era un hombre con una cuerda de medir en la mano.
6 Le dije: «¿A dónde vas?» Me dijo: «A medir a Jerusalén, a ver cuánta es su anchura y cuánta su longitud.»
7 En esto, salió el ángel que hablaba conmigo, y otro ángel salió a su encuentro
8 y le dijo: «Corre, habla a ese joven y dile: Como las ciudades abiertas será habitada Jerusalén, debido a la multitud de hombres y ganados que habrá dentro de ella.
9 Y yo seré para ella - oráculo de Yahveh - muralla de fuego en torno, y dentro de ella seré gloria.»
10 ¡Hala, hala, huid del país del Norte - oráculo de Yahveh, - ya que a los cuatro vientos del cielo os esparcí yo! - oráculo de Yahveh -
11 ¡Hala, sálvate, Sión, tú que moras en Babilonia!
12 Pues así dice Yahveh Sebaot que tras la gloria me ha enviado a las naciones que os despojaron: «El que os toca a vosotros a la niña de mi ojo toca.»
13 He aquí que yo alzo mi mano contra ellas, y serán despojo de sus mismos esclavos. Sabréis así que Yahveh Sebaot me ha enviado.
14 Grita de gozo y regocíjate, hija de Sión, pues he aquí que yo vengo a morar dentro de ti, oráculo de Yahveh.
15 Muchas naciones se unirán a Yahveh aquel día: serán para mí un pueblo, y yo moraré en medio de ti. Sabrás así que Yahveh Sebaot me ha enviado a ti.
16 Poseerá Yahveh a Judá, porción suya en la Tierra Santa, y elegirá de nuevo a Jerusalén.
17 ¡Silencio, toda carne, delante de Yahveh, porque él se despierta de su santa Morada!
 
Zacarías 3
1 Me hizo ver después al sumo sacerdote Josué, que estaba ante el ángel de Yahveh; a su derecha estaba el Satán para  acusarle.
2 Dijo el ángel de Yahveh al Satán: «¡Yahveh te reprima, Satán, reprímate Yahveh, el que ha elegido a Jerusalén! ¿No es éste un tizón sacado del fuego?»
3 Estaba Josué vestido de ropas sucias, en pie delante del ángel.
4 Tomó éste la palabra y habló así a los que estaban delante de él: «¡Quitadle esas ropas sucias y ponedle vestiduras de fiesta; le dijo: «Mira, yo he pasado por alto tu culpa.»
5 Y colocad en su cabeza una tiara limpia!» Se le vistió de vestiduras de fiesta y se le colocó en la cabeza la tiara  limpia. El ángel de Yahveh que seguía en pie.
6 Luego el ángel de Yahveh advirtió a Josué diciendo:
7 «Así dice Yahveh Sebaot: Si andas por mis caminos y guardas mis prescripciones, tú gobernarás mi Casa, y tú mismo guardarás mis atrios: yo te daré plaza entre estos que están aquí.»
8 Escucha, pues, Josué, sumo sacerdote, tú y tus compañeros que se sientan en tu presencia - pues son hombres de presagio -: He aquí que yo voy a traer a mi siervo «Germen».
9 Y he aquí la piedra que yo pongo delante de Josué; en esta única piedra hay siete ojos; yo mismo grabaré su inscripción - oráculo de Yahveh Sebaot - y quitaré la culpa de esta tierra en un solo día.
10 Aquel día - oráculo de Yahveh Sebaot - os invitaréis unos a otros bajo la parra y bajo la higuera.

 
Hebreos 7
1 En efecto, este = Melquisedec, rey de Salem, sacerdote de Dios Altísimo, = que = salió al encuentro de Abraham cuando regresaba de la derrota de los reyes, y le bendijo, =
2 al cual dio Abraham el = diezmo de todo, = y cuyo nombre significa, en primer lugar, «rey de justicia» y, además, = rey de Salem, = es decir, «rey de paz»,
3 sin padre, ni madre, ni genealogía, sin comienzo de días, ni fin de vida, asemejado al Hijo de Dios, permanece sacerdote para siempre.
4 Mirad ahora cuán grande es éste, a quien el mismo Patriarca = Abraham dio el diezmo = de entre lo mejor del botín.
5 Es cierto que los hijos de Leví que reciben el sacerdocio tienen orden según la Ley de percibir el diezmo del pueblo, es decir, de sus hermanos, aunque también proceden éstos de la estirpe de Abraham;
6 mas aquél, sin pertenecer a su genealogía, recibió el diezmo de Abraham, y bendijo al que tenía las promesas.
7 Pues bien, es incuestionable que el inferior recibe la bendición del superior.
8 Y aquí, ciertamente, reciben el diezmo hombres mortales; pero allí, uno de quien se asegura que vive.
9 Y, en cierto modo, hasta el mismo Leví, que percibe los diezmos, los pagó por medio de Abraham,
10 pues ya estaba en las entrañas de su padre cuando = Melquisedec le salió al encuentro. =
11 Pues bien, si la perfección estuviera en poder del sacerdocio levítico - pues sobre él descansa la Ley dada al pueblo -, ¿qué necesidad había ya de que surgiera otro sacerdote a = semejanza de Melquisedec, = y no «a semejanza de Aarón»?
12 Porque, cambiado el sacerdocio, necesariamente se cambia la Ley.
13 Pues aquel de quien se dicen estas cosas, pertenecía a otra tribu, de la cual nadie sirvió al altar.
14 Y es bien manifiesto que nuestro Señor procedía de Judá, y a esa tribu para nada se refirió Moisés al hablar del sacerdocio.
15 Todo esto es mucho más evidente aún si surge otro sacerdote a semejanza de Melquisedec,
16 que lo sea, no por ley de prescripción carnal, sino según la fuerza de una vida indestructible.
17 De hecho, está atestiguado: = Tú eres sacerdote para siempre, a semejanza de Melquisedec. =
18 De este modo queda abrogada la ordenación precedente, por razón de su ineficacia e inutilidad,
19 ya que la Ley no llevó nada a la perfección, pues no era más que introducción a una esperanza mejor, por la cual nos acercamos a Dios.
20 Y por cuanto no fue sin juramento - pues los otros fueron hechos sacerdotes sin juramento,
21 mientras éste lo fue bajo juramento por Aquel que le dijo: = «Juró el Señor y no se arrepentirá: Tú eres sacerdote para siempre» - =
22 por eso, de una mejor Alianza resultó fiador Jesús.
23 Además, aquellos sacerdotes fueron muchos, porque la muerte les impedía perdurar.
24 Pero éste posee un sacerdocio perpetuo porque permanece = para siempre. =
25 De ahí que pueda también salvar perfectamente a los que por él se llegan a Dios, ya que está siempre vivo para interceder en su favor.
26 Así es el Sumo Sacerdote que nos convenía: santo, inocente, incontaminado, apartado de los pecadores, encumbrado por encima de los cielos,
27 que no tiene necesidad de ofrecer sacrificios cada día, primero por sus pecados propios como aquellos Sumos Sacerdotes, luego por los del pueblo: y esto lo realizó de una vez para siempre, ofreciéndose a sí mismo.
28 Es que la Ley instituye Sumos Sacerdotes a hombres frágiles: pero la palabra del juramento, posterior a la Ley, hace el Hijo perfecto = para siempre. =

Gregorio de Nisa

  San Gregorio de Nisa, también conocido como Gregorio Niseno, nació alrededor del año 335 en Cesarea de Capadocia, Asia Menor (actual Turqu...