domingo, 24 de junio de 2018

Zacarías 13-14; Hebreos 9

Zacarías 13
1 Aquel día habrá una fuente abierta para la casa de David y para los habitantes de Jerusalén, para lavar el pecado  y la impureza.
2 Aquel día - oráculo de Yahveh Sebaot - extirparé yo de esta tierra los nombres de los ídolos y no se volverá a  mentarlos; igualmente a los profetas y el espíritu de impureza los quitaré de esta tierra.
3 Y, si todavía alguien se pone a profetizar, le dirán su padre y su madre que le engendraron: «¡No has de vivir  tú, que dices mentiras en nombre de Yahveh!» Y su padre y su madre que le engendraron le traspasarán mientras esté profetizando.
4 Aquel día se avergonzarán los profetas, cada cual de su visión, cuando profeticen, y no se vestirán el manto de  pelo con ánimos de mentir,
5 sino que dirán cada uno: «¡Yo no soy profeta; soy un campesino, pues la tierra es mi ocupación desde mi juventud!»
6 Y si alguien le dice: «¿Y esas heridas que hay entre tus manos?», responderá: «Las he recibido en casa de mis amigos.»
7 ¡Despierta, espada, contra mi pastor, y contra el hombre de mi compañía!, oráculo de Yahveh Sebaot. ¡Hiere al pastor, que se dispersen las ovejas, y yo tornaré mi mano contra los pequeños!
8 Y sucederá en toda esta tierra - oráculo de Yahveh - que dos tercios serán en ella exterminados (perecerán)  y el otro tercio quedará en ella.
9 Yo meteré en el fuego este tercio: los purgaré como se purga la plata y los probaré como se prueba el oro. Invocará él mi nombre y yo le responderé; diré: «¡El es mi pueblo!» y él dirá: «¡Yahveh es mi Dios!»
 
Zacarías 14
1 He aquí que viene el Día de Yahveh en que serán repartidos tus despojos en medio de ti.
2 Yo reuniré a todas las naciones en batalla contra Jerusalén. Será tomada la ciudad, las casas serán saqueadas y violadas las mujeres. La mitad de la ciudad partirá al cautiverio, pero el Resto del pueblo no será  extirpado de la ciudad.
3 Saldrá entonces Yahveh y combatirá contra esas naciones como el día en que él combate, el día de la batalla.
4 Se plantarán sus pies aquel día en el monte de los Olivos que está enfrente de Jerusalén, al oriente, y el monte  de los Olivos se hendirá por el medio de oriente a occidente haciéndose un enorme valle: la mitad del monte  se retirará al norte y la otra mitad al sur.
5 Y huiréis al valle de mis montes, porque el valle de los montes llegará hasta Yasol; huiréis como huisteis a causa  del terremoto en los días de Ozías, rey de Judá. Y vendrá Yahveh mi Dios y todos los santos con él.
6 Aquel día no habrá ya luz, sino frío y hielo.
7 Un día único será - conocido sólo de Yahveh -: no habrá día y luego noche, sino que a la hora de la tarde habrá  luz.
8 Sucederá aquel día que saldrán de Jerusalén aguas vivas, mitad hacia el mar oriental, mitad hacia el mar occidental: las habrá tanto en verano como en invierno.
9 Y será Yahveh rey sobre toda la tierra: ¡el día aquel será único Yahveh y único su nombre!
10 Toda esta tierra se tornará llanura, desde Gueba hasta Rimmón, al sur de Jerusalén. Y ésta, encumbrada, será habitada en su lugar, desde la Puerta de Benjamín hasta el emplazamiento de la antigua Puerta, es decir, hasta la Puerta de los Ángulos, y desde la torre de Jananel hasta los Lagares del rey.
11 Se habitará en ella y no habrá más anatema: ¡Jerusalén será habitada en seguridad!
12 Y ésta será la plaga con que herirá Yahveh a todos los pueblos que hayan hecho la guerra a Jerusalén: pudrirá su  carne estando ellos todavía en pie, sus ojos se pudrirán en sus cuencas, y su lengua se pudrirá en su boca.
13 Y cundirá aquel día entre ellos un inmenso pánico de Yahveh: agarrará cada uno la mano de su prójimo y levantarán la mano unos contra otros.
14 También Judá combatirá en Jerusalén. Y serán reunidas las riquezas de todas las naciones de alrededor: oro, plata y vestidos en cantidad inmensa.
15 Semejante será la plaga de los caballos, mulos, camellos y asnos, y de todo el ganado que haya en aquellos campamentos: ¡una plaga como ésa!
16 Y todos los supervivientes de todas las naciones que hayan venido contra Jerusalén subirán de año en año a postrarse  ante el Rey Yahveh Sebaot y a celebrar la fiesta de las Tiendas.
17 Y para aquella familia de la tierra que no suba a Jerusalén a postrarse ante el Rey Yahveh Sebaot no habrá lluvia.
18 Si la familia de Egipto no sube ni viene, caerá sobre ella la plaga con que Yahveh herirá a las naciones que no suban a celebrar la fiesta de las Tiendas.
19 Tal será el castigo de Egipto y el castigo de todas las naciones que no suban a celebrar la fiesta de las Tiendas.
20 Aquel día se hallará en los cascabeles de los caballos: «Consagrado a Yahveh», y serán las ollas en la Casa de Yahveh como copas de aspersión delante del altar.
21 Y toda olla, en Jerusalén y Judá, estará consagrada a Yahveh Sebaot; todos los que quieran sacrificar vendrán a tomar de ellas, y en ellas cocerán; y no habrá más comerciante en la Casa de Yahveh Sebaot el día aquel.

 
Hebreos 9
1 También la primera Alianza tenía sus ritos litúrgicos y su santuario terreno.
2 Porque se preparó la parte anterior de la Tienda, donde se hallaban el candelabro y la mesa con los panes de la  presencia, que se llama Santo.
3 Detrás del segundo velo se hallaba la parte de la Tienda llamada Santo de los Santos,
4 que contenía el altar de oro para el incienso, el arca de la Alianza - completamente cubierta de oro - y en ella, la urna de oro con el maná, la vara de Aarón que retoño y las tablas de la Alianza.
5 Encima del arca, los querubines de gloria que cubrían con su sombra el propiciatorio. Mas no es éste el momento de hablar de todo ello en detalle.
6 Preparadas así estas cosas, los sacerdotes entran siempre en la primera parte de la Tienda para desempeñar las  funciones del culto.
7 Pero en la segunda parte entra una vez al año, y solo, el Sumo Sacerdote, y no sin sangre que ofrecer por sí mismo y por los pecados del pueblo.
8 De esa manera daba a entender el Espíritu Santo que aún no estaba abierto el camino del santuario mientras subsistiera la primera Tienda.
9 Todo ello es una figura del tiempo presente, en cuanto que allí se ofrecen dones y sacrificios incapaces de perfeccionar en su conciencia al adorador,
10 y sólo son prescripciones carnales, que versan sobre comidas y bebidas y sobre abluciones de todo género, impuestas hasta el tiempo de la reforma.
11 Pero presentóse Cristo como Sumo Sacerdote de los bienes futuros, a través de una Tienda mayor y más perfecta, no fabricada por mano de hombre, es decir, no de este mundo.
12 Y penetró en el santuario una vez para siempre, no con sangre de machos cabríos ni de novillos, sino con su propia sangre, consiguiendo una redención eterna.
13 Pues si la sangre de machos cabríos y de toros y la ceniza de vaca santifica con su aspersión a los contaminados, en orden a la purificación de la carne,
14 ¡cuánto más la sangre de Cristo, que por el Espíritu Eterno se ofreció a sí mismo sin tacha a Dios, purificará de las obras muertas nuestra conciencia para rendir culto a Dios vivo!
15 Por eso es mediador de una nueva Alianza; para que, interviniendo su muerte para remisión de las transgresiones  de la primera Alianza, los que han sido llamados reciban la herencia eterna prometida.
16 Pues donde hay testamento se requiere que conste la muerte del testador,
17 ya que el testamento es válido  en caso de defunción, no teniendo valor en vida del testador.
18 Así tampoco la primera Alianza se inauguró sin sangre.
19 Pues Moisés, después de haber leído a todo el pueblo todos los preceptos según la Ley, tomó la sangre de los novillos y machos cabríos con agua, lana escarlata e hisopo, y roció el libro mismo y a todo el pueblo
20 diciendo: = Esta es la sangre de la Alianza que Dios ha ordenado para vosotros. =
21 Igualmente roció con sangre la Tienda y todos los objetos del culto;
22 pues según la Ley, casi todas las cosas han de ser purificadas con sangre, y sin efusión de sangre no hay remisión.
23 En consecuencia, es necesario, por una parte, que las figuras de las realidades celestiales sean purificadas de  esa manera; por otra parte, que también lo sean las realidades celestiales, pero con víctimas más excelentes que aquéllas.
24 Pues no penetró Cristo en un santuario hecho por mano de hombre, en una reproducción del verdadero, sino en el  mismo cielo, para presentarse ahora ante el acatamiento de Dios en favor nuestro,
25 y no para ofrecerse a sí mismo repetidas veces al modo como el Sumo Sacerdote entra cada año en el santuario con sangre ajena.
26 Para ello habría tenido que sufrir muchas veces desde la creación del mundo. Sino que se ha manifestado ahora una sola vez, en la plenitud de los tiempos, para la destrucción del pecado mediante su sacrificio.
27 Y del mismo modo que está establecido que los hombres mueran una sola vez, y luego el juicio,
28 así también Cristo, después de haberse ofrecido una sola vez = para quitar los pecados de la multitud, = se aparecerá por segunda vez sin relación ya con el pecado a los que le esperan para su salvación.

Gregorio de Nisa

  San Gregorio de Nisa, también conocido como Gregorio Niseno, nació alrededor del año 335 en Cesarea de Capadocia, Asia Menor (actual Turqu...