viernes, 1 de junio de 2018

Sirácides 45-47

Eclesiástico  45
 1 Hizo salir de él un hombre de bien, que hallaba gracia a los ojos de todos, amado por Dios y por los hombres, Moisés, cuya memoria está envuelta en bendiciones.
 2 Le hizo en gloria comparable a los santos, le engrandeció para temor de los enemigos.
 3 Por su palabra puso fin a los prodigios, y le glorificó delante de los reyes; le dio para su pueblo mandamientos, y le mostró algo de su gloria.
 
 4 En fidelidad y mansedumbre le santificó, le eligió entre toda carne.
 5 Le hizo oír su voz, y le introdujo en la calígine; cara a cara le dio los mandamientos, la ley de vida y de saber, para enseñar a Jacob su alianza, y sus decretos a Israel.
 6 Exaltó a Aarón, un santo semejante a éste, su hermano, de la tribu de Leví.
 7 Le afirmó como alianza eterna, y le dio el sacerdocio del pueblo. Le hizo feliz con su espléndido ornamento, le ciño de gloriosa vestidura.
 
 8 Le vistió de honor perfecto, y le confirmó con insignias de poder, calzones, túnica y efod.
 9 Le puso alrededor granadas, y campanillas de oro, bien de ellas todo en torno, para que tintinearan al andar y resonaran bien por todo el Templo, como memorial para los hijos de su pueblo;
 10 y vestimenta sacra, de oro y de jacinto y de púrpura, obra de bordador, y pectoral del juicio, el Urim y el Tummim, hilado de escarlata, obra de artista;
 
 11 piedras preciosas, grabadas como sellos, en engaste de oro, obra de joyero, para memorial por la escritura grabada, según el número de las tribus de Israel;
 12 corona de oro por encima de la tiara, inscripción del sello de consagración, prestigio de honor, obra magnífica, delicia de los ojos este adorno.
 13 Galanuras no hubo tales antes de él, y jamás se las vistió extranjero, sino sólo sus hijos, sus vástagos por siempre.
 
 14 Sus sacrificios se consumían totalmente dos veces al día sin interrupción.
 15 Llenó Moisés sus manos, le ungió con óleo santo. Fue ello para él alianza eterna, y para su linaje cuanto dure el cielo, para presidir el culto, ejercer el sacerdocio y bendecir a su pueblo en nombre del Señor.
 16 Le eligió entre todos los vivientes para presentar la ofrenda al Señor, el incienso y el aroma en memorial, y hacer expiación por el pueblo.
 
 17 Le dio, por sus mandamientos, potestad sobre las prescripciones legales, para enseñar a Jacob sus dictámenes e ilustrar a Israel en su ley.
 18 Se confabularon contra él extranjeros y en el desierto tuvieron celos de él, los hombres de Datán y de Abirón, la banda de Coré, llena de ira y de furor.
 19 Lo vió el Señor y se irritó, y acabó con ellos en el ardor de su ira. Hizo prodigios contra ellos, devorándolos por el fuego de su llama.
 
 20 Aumentó la gloria de Aarón y le dio una heredad, le otorgó las primicias, sobre todo el pan a saciedad.
 21 Por eso comen ellos los sacrificios del Señor, que él le concedió a él y a su linaje.
 22 Aunque en la tierra del pueblo no tiene heredad, ni hay en el pueblo parte para él: que «Yo soy tu parte y tu heredad».
 23 Pinjás, hijo de Eleazar, tercero en gloria, porque fue celoso del temor del Señor, y se mantuvo firme en la revuelta del pueblo por la energía de su alma resuelta, y obtuvo así el perdón para Israel.
 
 24 Por eso se hizo con él una alianza de paz, de presidir el santuario y a su pueblo, para que le tocara a él y a su linaje la dignidad del sumo sacerdocio por los siglos.
 25 Hubo también alianza con David, hijo de Jesé, de la tribu de Judá, herencia real de hijo a hijo sólo, mientras la herencia de Aarón pasa a todo su linaje.
 26 Dé Dios sabiduría a vuestro corazón para juzgar a su pueblo con justicia, y que no se desvirtúen los valores de los padres, ni su gloria en sus generaciones.
 
  
 
 
Eclesiástico  46
 1 Esforzado en la guerra fue Josué, hijo de Nun, sucesor de Moisés como profeta; él fue, de acuerdo con su nombre, grande para salvar a los elegidos del Señor, para tomar venganza de los enemigos que surgían e introducir a Israel en su heredad.
 2 ¡Qué gloria ganó cuando alzaba la mano y blandía la espada contra las ciudades!
 3 ¿Quién antes de él tan firme fue? ¡Que las batallas del Señor él las hacía!
 
 4 ¿No se detuvo el sol ante su mano y un día llegó a ser como dos?
 5 El invocó al Altísimo Soberano, cuando los enemigos por todas partes le estrechaban, y le atendió el Gran Señor lanzando piedras de granizo de terrible violencia.
 6 Cayó de golpe sobre la nación hostil, y en la bajada aniquiló a los adversarios, para que conocieran las naciones la fuerza de sus armas, porque era frente al Señor la guerra de ellas.
 
 7 Pues caminó en seguimiento del Todopoderoso, hizo el bien en los días de Moisés, él y también Caleb, hijo de Yefunné, resistiendo ante la asamblea, cerrando al pueblo el paso del pecado, reduciendo a silencio la murmuración de la maldad.
 8 Y ellos dos solos se salvaron entre seiscientos mil hombres de a pie, para ser introducidos en la herencia, en la tierra que mana leche y miel.
 9 Y el Señor dio a Caleb la fuerza que le duró hasta su vejez, le hizo subir a lo alto de la tierra, que como herencia conservó su linaje,
 
 10 para que sepan todos los hijos de Israel que es bueno caminar en seguimiento del Señor.
 11 También los jueces, cada cual según su nombre, ellos cuyo corazón no se prostituyó, y que del Señor no se apartaron: ¡sea su recuerdo lleno de bendición,
 12 reflorezcan sus huesos en la tumba, y sus nombres se renueven en los hijos de estos hombres ilustres!
 13 Amado fue de su Señor Samuel, profeta del Señor fundó la realeza, y ungió a los príncipes puestos sobre su pueblo.
 
 14 Según la ley del Señor juzgó a la asamblea, y el Señor pueso sus ojos en Jacob.
 15 Por su fidelidad se acreditó como profeta, por sus oráculos fue reconocido fiel vidente.
 16 Invocó al Señor Todopoderoso cuando los enemigos por todas partes le estrechaban, ofreciendo un cordero lechal.
 17 Y tronó el Señor desde los cielos, con gran ruido hizo resonar su voz;
 18 aplastó a los jefes adversarios y a todos los príncipes de los filisteos.
 
 19 Antes de la hora de su sueño eterno, dio testimonio ante el Señor y su ungido: «Bienes, ni siquiera sandalias, a nadie le he tomado», y nadie reclamó nada de él.
 20 Y después de dormido todavía profetizó y anunció al rey su fin; del seno de la tierra alzó su voz en profecía para borrar la iniquidad del pueblo.
 
  
 
 
Eclesiástico  47
 1 Después de él surgió Natán para profetizar en los días de David.
 2 Como grasa puesta aparte en el sacrificio de comunión, así David de entre los hijos de Israel.
 3 Con leones jugó cual con cabritos, con osos como con corderos.
 4 ¿No mató de joven al gigante, y quitó el oprobio del pueblo, blandiendo en la mano la piedra de la honda y abatiendo la arrogancia de Goliat?
 5 Pues invocó al Señor Altísimo, que a su diestra dio vigor, para aniquilar a un potente guerrero, y realzar el cuerno de su pueblo.
 
 6 Por eso le dieron gloria por diez mil, y le alabaron con las bendiciones del Señor, ofreciéndole la diadema de gloria.
 7 Pues él aplastó a los enemigos del contorno, aniquiló a los filisteos, sus adversarios, para siempre quebrantó su cuerno.
 8 En todas sus obras elevó acción de gracias al Santo Altísimo en oráculo de gloria. Con todo su corazón entonó himnos, mostrando su amor a su Hacedor.
 9 Ante el altar instituyó salmistas y con sus voces dio dulzura a los cantos.
 
 10 Dio a las fiestas esplendor, vistosidad acabada a las solemnidades, cuando ellos alaban el santo nombre del Señor, cuando resuena desde la aurora el santuario.
 11 El Señor le perdonó sus pecados y exaltó su cuerno para siempre: le otorgó la alianza real, un trono de gloria en Israel.
 12 Después de él surgió un hijo sabio, que gracias a él vivió en holgura.
 13 Reinó Salomón en días de paz, Dios le concedió reposo por doquier, para que levantara una Casa a su nombre y preparara un santuario eterno.
 
 14 ¡Qué sabio eras en tu juventud, lleno de inteligencia como un río!
 15 Cubrió tu alma la tierra, la llenaste de proverbios enigmáticos.
 16 Tu nombre llegó hasta las islas lejanas, y fuiste amado en medio de tu paz.
 17 Por tus cantos, tus sentencias, tus proverbios y tus interpretaciones te admiraron los países.
 18 En nombre del Señor Dios, el llamado Dios de Israel, amontonaste oro como estaño, como plomo multiplicaste plata.
 
 19 Mas reclinaste tu costado en mujeres, y te dejaste dominar en tu cuerpo.
 20 Pusiste así tacha a tu gloria, y profanaste tu linaje, acarreando la ira sobre tus hijos y llenándoles de aflicción por tu locura,
 21 hasta quedar partida en dos la dinastía y surgir de Efraím un reino apóstata.
 22 Pero el Señor no renuncia jamás a su misericordia, no deja que se pierdan sus palabras ni que se borre la descendencia de su elegido, el linaje de quien le amó no extirpa. Por eso dio a Jacob un resto, y un brote a David salido de él.
 
 23 Descansó Salomón con sus padres, y después de él dejó a uno de su linaje, lo más loco del pueblo, falto de inteligencia, Roboam, que apartó de su cordura al pueblo.
 24 Y Jeroboam, hijo de Nabat, fue el que hizo pecar a Israel, y señaló a Efraím el camino del pecado. Desde entonces se multiplicaron sus pecados tanto que expulsaron al pueblo de su tierra.
 25 Toda clase de maldades frecuentaron, hasta que vino sobre ellos el castigo.

Gregorio de Nisa

  San Gregorio de Nisa, también conocido como Gregorio Niseno, nació alrededor del año 335 en Cesarea de Capadocia, Asia Menor (actual Turqu...