jueves, 21 de junio de 2018

Zacarías 4-6

Zacarías 4
1 Volvió el ángel que hablaba conmigo y me despertó como a un hombre que es despertado de su sueño.
2 Y me dijo: «¿Qué ves?» Dije: «Veo un candelabro todo de oro, con una ampolla en su vértice: tiene siete lámparas y siete boquillas para las siete lámparas que lleva encima.
3 Hay también dos olivos junto a él, uno a su derecha y el otro a su izquierda.»
4 Proseguí y dije al ángel que hablaba conmigo: «¿Qué es esto, señor mío?»
5 Me respondió el ángel que hablaba conmigo y me dijo: «¿No sabes qué es esto?» Dije: «No, mi señor.»
6 Prosiguió él y me habló así: Esta es la palabra de Yahveh a Zorobabel. No por el valor ni por la fuerza, sino sólo por mi Espíritu - dice Yahveh Sebaot -.
7 ¿Quién eres tú, gran monte? Ante Zorobabel serás una explanada, y él extraerá la piedra de remate, a los gritos  de «¡Bravo, bravo por ella!».
8 Me fue dirigida la palabra de Yahveh en estos términos:
9 Las manos de Zorobabel echaron el cimiento a esta Casa y sus manos la acabarán; (sabréis así que Yahveh Sebaot me ha enviado a vosotros).
10 ¿Quién menospreció el día de los modestos comienzos? ¡Se alegrará al ver la plomada en la mano de Zorobabel! « Esos siete son los ojos de Yahveh: ellos recorren toda la tierra.»
11 Entonces tomé la palabra y le dije: «¿Qué son esos dos olivos a derecha e izquierda del candelabro?»
12 (Añadí de nuevo y le dije: «¿Qué son las dos ramas de olivo que por los dos tubos de oro vierten de sí aceite dorado?»)
13 El me habló y dijo: «¿No sabes qué es esto?» Dije: «No, mi señor.»
14 Y él me dijo: «Estos son los dos Ungidos que están en pie junto al Señor de toda la tierra.»
 
Zacarías 5
1 Volví a alzar los ojos y tuve una visión: Era un rollo volando.
2 Y me dijo el ángel: «¿Qué ves?» Respondí: «Veo un rollo volando, de veinte codos de largo y veinte de ancho.»
3 Me dijo: «Eso es la Maldición que sale sobre la haz de toda esta tierra. Pues todo ladrón será, según ella, echado de aquí, y todo el que jura será, según ella, echado de aquí.
4 Yo la he hecho salir - oráculo de Yahveh Sebaot - para que entre en casa del ladrón y en casa del que jura por mi nombre en falso, para que se aloje en medio de su casa y la consuma, con su maderamen y sus piedras.»
5 Salió el ángel que hablaba conmigo y me dijo: «Alza ahora tus ojos y mira qué es eso que sale.»
6 Yo dije: «¿Qué es?» Dijo: «Es la medida que sale.» Y añadió: «Esta es la culpa de ellos en todo el país.»
7 En esto, se levantó la tapa de plomo y había una Mujer sentada en medio de la medida.
8 Dijo él: «Esta es la Maldad.» La echó dentro de la medida y volvió a poner la tapa de plomo en su boca.
9 Alcé luego los ojos y tuve una visión: Dos mujeres aparecieron, con viento en sus alas, porque tenían alas como de cigüeña. Y levantaron la medida entre la tierra y el cielo.
10 Dije entonces al ángel que hablaba conmigo: «¿A dónde llevan ésas la medida?»
11 Me respondió: «Van a edificarle una casa en el país de Senaar, y cuando esté a punto será colocada allí sobre su  base.»
 
Zacarías 6
1 Alcé otra vez los ojos y tuve una visión: Eran cuatro carros que salían de entre dos montes; y los montes eran montes de bronce.
2 En el primer carro había caballos rojos, en el segundo carro caballos negros,
3 en el tercer carro caballos blancos, y en el cuarto carro caballos tordos.
4 Tomé la palabra y dije al ángel que hablaba conmigo: «¿Qué son éstos, señor mío?»
5 El ángel respondió y me dijo: «Son los cuatro vientos del cielo que salen después de presentarse ante el Señor de toda la tierra.
6 Donde están los caballos negros, salen hacía el país del norte; los blancos salen detrás de ellos y los tordos salen hacía el país del sur.»
7 Briosos salían, impacientes por recorrer la tierra. Les dijo: «Id, recorred la tierra.» Y recorrieron la tierra.
8 Y a mí me gritó y me habló así: «Mira, los que salen hacia el país del norte van a aplacar mi espíritu en el país del norte.»
9 La palabra de Yahveh me fue dirigida en estos términos:
10 «Haz una colecta entre los deportados: Jelday, Tobías y Yedaías; vienes aquel día y entras en la casa de Josías, hijo de Sefanías, a donde han llegado de Babilonia,
11 tomas la plata y el oro, haces una corona, la pones en la cabeza del sumo sacerdote Josué, hijo de Yehosadaq,
12 y le hablas de esta manera: Así dice Yahveh Sebaot: He aquí un hombre cuyo nombre es Germen: debajo de él habrá  germinación (y él edificará el Templo de Yahveh).
13 El edificará el Templo de Yahveh; él llevará las insignias reales, se sentará y dominará en su trono; habrá un sacerdote a su derecha, y consejo de paz habrá entre ellos dos.
14 Será la corona para Jelday, Tobías y Yedaías, y para el hijo de Sefanías, un memorial de gracia en el Templo de  Yahveh.
15 Y los que están lejos vendrán y reedificarán el Templo de Yahveh. Sabréis entonces que Yahveh Sebaot me ha enviado  a vosotros. Así será si de verdad escucháis la voz de Yahveh vuestro Dios.»

Gregorio de Nisa

  San Gregorio de Nisa, también conocido como Gregorio Niseno, nació alrededor del año 335 en Cesarea de Capadocia, Asia Menor (actual Turqu...