lunes, 25 de junio de 2018

Malaquías 1-3; Hebreos 10

MALAQUÍAS
Malaquías 1
1 Oráculo. Palabra de Yahveh a Israel por ministerio de Malaquías.
2 Os he amado, dice Yahveh. Y vosotros decís: ¿En qué nos has amado? - ¿No era acaso Esaú el hermano de Jacob?, oráculo de Yahveh. Sin embargo yo amé a Jacob,
3 y a Esaú le odié. Entregué sus montes a la desolación y su heredad a los chacales del desierto.
4 Si dice Edom: «Hemos sido aplastados, pero volveremos a edificar nuestras ruinas», así dice Yahveh Sebaot: Ellos  edificarán, mas yo demoleré, y se les llamará: «Territorio de impiedad», y «Pueblo contra el que Yahveh  está irritado para siempre».
5 Vuestros ojos lo verán y vosotros diréis: «¡Grande es Yahveh más allá del término de Israel!»
6 El hijo honra a su padre, el siervo a su señor. Pues si yo soy padre, ¿dónde está mi honra? Y si señor, ¿dónde  mi temor?, dice Yahveh Sebaot a vosotros sacerdotes que menospreciáis mi Nombre. - Decís: ¿En qué hemos  menospreciado tu Nombre? -
7 Presentando en mi altar pan impuro. - Y decís ahora: ¿En qué te hemos manchado? - Pensando que la mesa de Yahveh es despreciable.
8 Y cuando presentáis para el sacrificio una res ciega, ¿no está mal? Y cuando presentáis una coja o enferma, ¿no  está mal? Anda, ofrécesela a tu gobernador: ¿se te pondrá contento o te acogerá con agrado?, dice Yahveh Sebaot.
9 Ahora, pues, ablandad el rostro de Dios para que tenga compasión de nosotros. De vuestras manos viene esto, ¿acaso os acogerá benignamente?, dice Yahveh Sebaot.
10 ¡Oh, quién de vosotros cerrará las puertas para que no encendáis mi altar en vano! No tengo ninguna complacencia  en vosotros, dice Yahveh Sebaot, y no me es grata la oblación de vuestras manos.
11 Pues desde el sol levante hasta el poniente, grande es mi Nombre entre las naciones, y en todo lugar se ofrece a mi Nombre un sacrificio de incienso y una oblación pura. Pues grande es mi Nombre entre las naciones, dice Yahveh Sebaot.
12 Pero vosotros lo profanáis, cuando decís: ¡La mesa del Señor es impura, y despreciables sus alimentos!,
13 y añadís: ¡Oh, qué fatiga!, y me desdeñáis, dice Yahveh Sebaot. Cuando traéis una res robada, o coja, o enferma, cuando traéis una oblación así, ¿la voy a aceptar de vuestras manos?, dice Yahveh Sebaot.
14 ¡Maldito el tramposo que tiene macho en su rebaño, pero que promete en voto y sacrifica al Señor bestia defectuosa! ¡Que yo soy un gran Rey, dice Yahveh Sebaot, y mi Nombre es terrible entre las naciones!
 
Malaquías 2
1 Y ahora, a vosotros esta orden, sacerdotes:
2 Si no escucháis ni tomáis a pecho dar gloria a mi Nombre, dice Yahveh Sebaot, yo lanzaré sobre vosotros la maldición  y maldeciré vuestra bendición; y hasta la he maldecido ya, porque ninguno de vosotros toma nada a pecho.
3 He aquí que yo voy a romper vuestro brazo, os echaré estiércol a la cara, el estiércol de vuestras fiestas, y seréis aventados con él.
4 Sabréis así que yo os dirigí esta orden para que subsistiera mi alianza con Leví, dice Yahveh Sebaot.
5 Mi alianza era con él vida y paz, y se las concedí; era temor, y él me temía y ante mi Nombre guardaba reverencia.
6 La Ley de verdad estaba en su boca, e iniquidad no se hallaba en sus labios; en paz y en rectitud caminaba conmigo, y a muchos recobró de la culpa.
7 Pues los labios del sacerdote guardan la ciencia, y la Ley se busca en su boca; porque él es el mensajero de Yahveh  Sebaot.
8 Pero vosotros os habéis extraviado del camino, habéis hecho tropezar a muchos en la Ley, habéis corrompido la alianza de Leví, dice Yahveh Sebaot.
9 Por eso yo también os he hecho despreciables y viles ante todo el pueblo, de la misma manera que vosotros no guardáis  mis caminos y hacéis acepción de personas en la Ley.
10 ¿No tenemos todos nosotros un mismo Padre? ¿No nos ha creado el mismo Dios? ¿Por qué nos traicionamos los unos  a los otros, profanando la alianza de nuestros padres?
11 Judá ha traicionado; una abominación se ha cometido en Israel y en Jerusalén. Porque Judá  ha profanado el santuario querido de Yahveh, al casarse con la hija de un dios extranjero.
12 ¡Que extirpe Yahveh al hombre que hace tal, ya sea testigo o defensor, de las tiendas de Jacob y de entre los que  presentan la oblación a Yahveh Sebaot!
13 Y esta otra cosa hacéis también vosotros: cubrir de lágrimas el altar de Yahveh, de llantos y suspiros, porque  él ya no se vuelve hacia la oblación, ni la acepta con gusto de vuestras manos.
14 Y vosotros decís: ¿Por qué? - Porque Yahveh es testigo entre tú y la esposa de tu juventud, a la que tú traicionaste, siendo así que ella era tu compañera y la mujer de tu alianza.
15 ¿No ha hecho él un solo ser, que tiene carne y espíritu? Y este uno ¿qué busca? ¡Una posteridad dada por Dios!  Guardad, pues, vuestro espíritu; no traiciones a la esposa de tu juventud.
16 Pues yo odio el repudio, dice Yahveh Dios de Israel, y al que encubre con su vestido la violencia, dice Yahveh Sebaot. Guardad, pues, vuestro espíritu y no cometáis tal traición.
17 Vosotros cansáis a Yahveh con vuestras palabras. - Y decís: ¿En qué le cansamos? - Cuando decís: Todo el que hace  el mal es bueno a los ojos de Yahveh, y él le acepta complacido; o también: ¿Dónde está el Dios del juicio?
 
Malaquías 3
1 He aquí que yo envío a mi mensajero a allanar el camino delante de mí, y enseguida vendrá a su Templo el Señor  a quien vosotros buscáis; y el Angel de la alianza, que vosotros deseáis, he aquí que viene, dice Yahveh Sebaot.
2 ¿Quién podrá soportar el Día de su venida? ¿Quién se tendrá en pie cuando aparezca? Porque es él como fuego de fundidor y como lejía de lavandero.
3 Se sentará para fundir y purgar. Purificará a los hijos de Leví y los acrisolará como el oro y la plata; y serán  para Yahveh los que presentan la oblación en justicia.
4 Entonces será grata a Yahveh la oblación de Judá y de Jerusalén, como en los días de antaño, como en los años antiguos.
5 Yo me acercaré a vosotros para el juicio, y seré un testigo expeditivo contra los hechiceros y contra los adúlteros, contra los que juran con mentira, contra los que oprimen al jornalero, a la viuda y al huérfano, contra los que hacen agravio al forastero sin ningún temor de mí, dice Yahveh Sebaot.
6 Que yo, Yahveh, no cambio, y vosotros, hijos de Jacob, no termináis nunca.
7 Desde los días de vuestros padres venís apartándoos de mis preceptos y no los observáis. Volveos a mí y yo me volveré  a vosotros, dice Yahveh Sebaot. - Decís: ¿En qué hemos de volver? -
8 ¿Puede un hombre defraudar a Dios? ¡Pues vosotros me defraudáis a mí! - Y aún decís: ¿En qué te hemos defraudado? - En el diezmo y en la ofrenda reservada.
9 De maldición estáis malditos, porque me defraudáis a mí vosotros, la nación entera.
10 Llevad el diezmo íntegro a la casa del tesoro, para que haya alimento en mi Casa; y ponedme así a prueba, dice Yahveh Sebaot, a ver si no os abro las esclusas del cielo y no vacío sobre vosotros la bendición hasta que ya no quede,
11 y no ahuyento de vosotros al devorador, para que no os destruya el fruto del suelo y no se os quede estéril la viña en el campo, dice Yahveh Sebaot.
12 Todas las naciones os felicitarán entonces, porque seréis una tierra de delicias, dice Yahveh Sebaot.
13 Duras me resultan vuestras palabras, dice Yahveh. - Y todavía decís: ¿Qué hemos dicho contra ti? -
14 Habéis dicho: Cosa vana es servir a Dios; ¿qué ganamos con guardar su mandamiento o con andar en duelo ante Yahveh  Sebaot?
15 Más bien, llamamos felices a los arrogantes: aun haciendo el mal prosperan, y aun tentando a Dios escapan libres.
16 Entonces los que temen a Yahveh se hablaron unos a otros. Y puso atención Yahveh y oyó; y se escribió ante él un  libro memorial en favor de los que temen a Yahveh y piensan en su Nombre.
17 Serán ellos para mí, dice Yahveh Sebaot, en el día que yo preparo, propiedad personal; y yo seré indulgente con ellos como es indulgente un padre con el hijo que le sirve.
18 Entonces vosotros volveréis a distinguir entre el justo y el impío, entre quien sirve a Dios y quien no le sirve.
19 Pues he aquí que viene el Día, abrasador como un horno; todos los arrogantes y los que cometen impiedad serán como  paja; y los consumirá el Día que viene, dice Yahveh Sebaot, hasta no dejarles raíz ni rama.
20 Pero para vosotros, los que teméis mi Nombre, brillará el sol de justicia con la salud en sus rayos, y saldréis  brincando como becerros bien cebados fuera del establo.
21 Y pisotearéis a los impíos, porque serán ellos ceniza bajo la planta de vuestros pies, el día que yo preparo, dice  Yahveh Sebaot.
22 Acordaos de la Ley de Moisés, mi siervo, a quien yo prescribí en el Horeb preceptos y normas para todo Israel.
23 He aquí que yo os envío al profeta Elías antes que llegue el Día de Yahveh, grande y terrible.
24 El hará volver el corazón de los padres a los hijos, y el corazón de los hijos a los padres; no sea que venga yo a herir la tierra de anatema.
 

Hebreos 10
1 No conteniendo, en efecto, la Ley más que una sombra de los bienes futuros, no la realidad de las cosas, no puede nunca, mediante unos mismos sacrificios que se ofrecen sin cesar año tras año, dar la perfección a los que se acercan.
2 De otro modo, ¿no habrían cesado de ofrecerlos, al no tener ya conciencia de pecado los que ofrecen ese culto,  una vez purificados?
3 Al contrario, con ellos se renueva cada año el recuerdo de los pecados,
4 pues es imposible que sangre de toros y machos cabríos borre pecados.
5 Por eso, al entrar en este mundo, dice: = Sacrificio y oblación no quisiste; pero me has formado un cuerpo. =
6 = Holocaustos y sacrificios por el pecado no te agradaron. =
7 = Entonces dije: ¡He aquí que vengo - pues de mí está escrito en el rollo del libro - a hacer, oh Dios, tu voluntad! =
8 Dice primero: = Sacrificios y oblaciones y holocaustos y sacrificios por el pecado no los quisiste ni te agradaron = - cosas todas ofrecidas conforme a la Ley -
9 = entonces = - añade -: = He aquí que vengo a hacer tu voluntad. = Abroga lo primero para establecer el segundo.
10 Y en virtud de esta = voluntad = somos santificados, merced a la = oblación = de una vez para siempre del = cuerpo = de Jesucristo.
11 Y, ciertamente, todo sacerdote está en pie, día tras día, oficiando y ofreciendo reiteradamente los mismos sacrificios, que nunca pueden borrar pecados.
12 El, por el contrario, habiendo ofrecido por los pecados un solo sacrificio, = se sentó a la diestra de Dios para  siempre, =
13 esperando desde entonces = hasta que sus enemigos sean puestos por escabel de sus pies. =
14 En efecto, mediante una sola oblación ha llevado a la perfección para siempre a los santificados.
15 También el Espíritu Santo nos da testimonio de ello. Porque, después de haber dicho:
16 = Esta es la Alianza que pactaré con ellos después de aquellos días, dice el Señor: Pondré mis leyes en sus corazones, y en su mente las grabaré, =
17 añade: = Y de sus pecados = e iniquidades = no me acordaré ya. =
18 Ahora bien, donde hay remisión de estas cosas, ya no hay más oblación por el pecado.
19 Teniendo, pues, hermanos, plena seguridad para entrar en el santuario en virtud de la sangre de Jesús,
20 por este camino nuevo y vivo, inaugurado por él para nosotros, a través del velo, es decir, de su propia carne,
21 y con un = Sumo Sacerdote = al frente de la = casa de Dios, =
22 acerquémonos con sincero corazón , en plenitud de fe, purificados los corazones de conciencia mala y lavados los cuerpos con agua pura.
23 Mantengamos firme la confesión de la esperanza, pues fiel es el autor de la Promesa.
24 Fijémonos los unos en los otros para estímulo de la caridad y las buenas obras,
25 sin abandonar vuestra propia asamblea, como algunos acostumbran hacerlo, antes bien, animándoos: tanto más, cuanto que veis que se acerca ya el Día.
26 Porque si voluntariamente pecamos después de haber recibido el pleno conocimiento de la verdad, ya no queda sacrificio  por los pecados,
27 sino la terrible espera del juicio y la = furia del fuego = pronto a = devorar a los rebeldes. =
28 Si alguno viola la Ley de Moisés es = condenado a muerte = sin compasión, = por la declaración de dos o tres testigos. =
29 ¿Cuánto más grave castigo pensáis que merecerá el que pisoteó al Hijo de Dios, y tuvo como profana = la sangre de la Alianza = que le santificó, y ultrajó al Espíritu de la gracia?
30 Pues conocemos al que dijo: = Mía es la venganza; yo daré lo merecido. = Y también: = El Señor juzgará a su pueblo. =
31 ¡Es tremendo caer en la manos de Dios vivo!
32 Traed a la memoria los días pasados, en que después de ser iluminados, hubisteis de soportar un duro y doloroso combate,
33 unas veces expuestos públicamente a ultrajes y tribulaciones; otras, haciéndoos solidarios de los que así eran tratados.
34 Pues compartisteis los sufrimientos de los encarcelados; y os dejasteis despojar con alegría de vuestros bienes, conscientes de que poseíais una riqueza mejor y más duradera.
35 No perdáis ahora vuestra confianza, que lleva consigo una gran recompensa.
36 Necesitáis paciencia en el sufrimiento para cumplir la voluntad de Dios y conseguir así lo prometido.
37 Pues todavía = un poco, muy poco tiempo; y el que ha de venir vendrá sin tardanza. =
38 = Mi justo vivirá por la fe; mas si es cobarde, mi alma no se complacerá en él. =
39 Pero nosotros no somos = cobardes = para perdición, sino = creyentes = para salvación del alma.

Gregorio de Nisa

  San Gregorio de Nisa, también conocido como Gregorio Niseno, nació alrededor del año 335 en Cesarea de Capadocia, Asia Menor (actual Turqu...