domingo, 10 de septiembre de 2017

Génesis 28-30

Génesis 28
1 Llamó, pues, Isaac a Jacob, le bendijo y le dio esta orden: «No tomes mujer de las hijas de Canaán.
2 Levántate y ve a Paddán Aram, a casa de Betuel, padre de tu madre, y toma allí mujer de entre las hijas de Labán, hermano de tu madre.
3 Que El Sadday te bendiga, te haga fecundo y te acreciente, y que te conviertas en asamblea de pueblos.
4 Que te dé la bendición de Abraham a ti y a tu descendencia, para que te hagas dueño de la tierra donde has vivido y que Dios ha dado a Abraham.»
5 Y despidió Isaac a Jacob, el cual se fue a Paddán Aram, a casa de Labán, hijo de Betuel el arameo, hermano de Rebeca, la madre de Jacob y de Esaú.
6 Vio Esaú que Isaac había bendecido a Jacob, y le enviaba a Paddán Aram a tomarse mujer allí, y que al bendecirle le había dado esta orden: «No tomes mujer de las hijas de Canaán»,
7 y Jacob, obedeciendo a su padre y a su madre, había marchado a Paddán Aram.
8 Vio, pues, Esaú que las hijas de Canaán eran mal vistas de su padre Isaac,
9 y acudiendo Esaú a Ismael, tomóse por mujer, además de las que tenía, a Majlat, hija de Ismael, el hijo de Abraham, y hermana de Nebayot.
10 Jacob salió de Berseba y fue a Jarán.
11 Llegando a cierto lugar, se dispuso a hacer noche allí, porque ya se había puesto el sol. Tomó una de las piedras del lugar, se la puso por cabezal, y acostóse en aquel lugar.
12 Y tuvo un sueño; soñó con una escalera apoyada en tierra, y cuya cima tocaba los cielos, y he aquí que los ángeles de Dios subían y bajaban por ella.
13 Y vio que Yahveh estaba sobre ella, y que le dijo: «Yo soy Yahveh, el Dios de tu padre Abraham y el Dios de Isaac. La tierra en que estás acostado te la doy para ti y tu descendencia.
14 Tu descendencia será como el polvo de la tierra y te extenderás al poniente y al oriente, al norte y al mediodía; y por ti se bendecirán todos los linajes de la tierra; y por tu descendencia.
15 Mira que yo estoy contigo; te guardaré por doquiera que vayas y te devolveré a este solar. No, no te abandonaré hasta haber cumplido lo que te he dicho.»
16 Despertó Jacob de su sueño y dijo: «¡Así pues, está Yahveh en este lugar y yo no lo sabía!»
17 Y asustado dijo: «¡Qué temible es este lugar! ¡Esto no es otra cosa sino la casa de Dios y la puerta del cielo!»
18 Levantóse Jacob de madrugada, y tomando la piedra que se había puesto por cabezal, la erigió como estela y derramó aceite sobre ella.
19 Y llamó a aquel lugar Betel, aunque el nombre primitivo de la ciudad era Luz.
20 Jacob hizo un voto, diciendo: «Si Dios me asiste y me guarda en este camino que recorro, y me da pan que comer y ropa con que vestirme,
21 y vuelvo sano y salvo a casa de mi padre, entonces Yahveh será mi Dios;
22 y esta piedra que he erigido como estela será Casa de Dios; y de todo lo que me dieres, te pagaré el diezmo.»
 
Génesis 29
1 Jacob se puso en marcha y se fue al país de los orientales.
2 Cuando he aquí que divisa un pozo en el campo, y allí mismo tres rebaños de ovejas sesteando junto a él, pues de aquel pozo se abrevaban los rebaños. Sobre la boca del pozo había una gran piedra.
3 Allí se reunían todos los rebaños: se revolvía la piedra de encima de la boca del pozo, abrevaban las ovejas, y devolvían la piedra a su sitio sobre la boca del pozo.
4 Jacob les dijo (a los pastores): «Hermanos, ¡de dónde sois?» Dijeron ellos: «Somos de Jarán.»
5 «¿Conocéis a Labán, hijo de Najor?» - «Lo conocemos.»
6 - «¿Se encuentra bien?» - «Muy bien; precisamente ahí llega Raquel, su hija, con las ovejas.»
7 Dijo él: «Todavía es muy de día, no es hora de recoger el ganado; abrevad las ovejas, e id a apacentarlas.»
8 Contestaron: «No podemos hasta que se reúnan todos los rebaños y se revuelva la piedra de sobre la boca del pozo. Entonces abrevaremos las ovejas.»
9 Aún estaba él hablando con ellos, cuando llegó Raquel con las ovejas de su padre, pues era pastora.
10 En cuanto vio Jacob a Raquel, hija de Labán, el hermano de su madre, y las ovejas de Labán, hermano de su madre, acercóse Jacob y revolvió la piedra de sobre la boca y abrevó los ovejas de Labán, el hermano de su madre.
11 Jacob besó a Raquel y luego estalló en sollozos.
12 Jacob anunció a Raquel que era pariente de su padre e hijo de Rebeca. Ella se echó a correr y lo anunció a su padre.
13 En cuanto oyó Labán hablar de Jacob, el hijo de su hermana, corrió a su encuentro, le abrazó, le besó y le llevó a su casa. Entonces él contó a Labán toda esta historia,
14 y Labán le dijo: «En suma, que tú eres hueso mío y carne mía.» Y Jacob se quedó con él un mes cumplido.
15 Labán dijo a Jacob: «¿Acaso porque seas pariente mío has de servirme de balde? Indícame cuál será tu salario.»
16 Ahora bien, Labán tenía dos hijas: la mayor llamada Lía, y la pequeña, Raquel.
17 Los ojos de Lía eran tiernos. Raquel, en cambio, era de bella presencia y de buen ver.
18 Jacob estaba enamorado de Raquel. Así pues, dijo: «Te serviré siete años por Raquel, tu hija pequeña.»
19 Dijo Labán: «Mejor es dártela a ti que dársela a otro. Quédate conmigo.»
20 Sirvió, pues, Jacob por Raquel siete años, que se le antojaron como unos cuantos días, de tanto que la amaba.
21 Jacob dijo a Labán: «Dame mi mujer, que se ha cumplido el plazo, y quiero casarme con ella.»
22 Labán juntó a todos los del lugar y dio un banquete.
23 Luego a la tarde tomó a su hija Lía y la llevó a Jacob, y éste se unió a ella.
24 Labán dio su esclava Zilpá como esclava de su hija Lía.
25 Se hizo de mañana, ¡y resultó que aquélla era Lía! Jacob dijo a Labán: «¿Qué es lo que has hecho conmigo? ¿No te he servido por Raquel? ¿Pues por qué me has hecho trampa?»
26 Labán dijo: «No se usa en nuestro lugar dar la menor antes que la mayor.
27 Cumple esta semana, y te daré también a la otra por el servicio que me prestarás todavía otros siete años.»
28 Así lo hizo Jacob; y habiendo cumplido aquella semana, le dio por mujer a su hija Raquel.
29 Labán dio su esclava Bilhá como esclava de su hija Raquel.
30 El se unió también a Raquel, y amó a Raquel más que a Lía, y sirvió en casa de su tío otros siete años más.
31 Vio Yahveh que Lía era aborrecida y la hizo fecunda, mientras que Raquel era estéril.
32 Lía quedó encinta y dio a luz un hijo al que llamó Rubén, pues dijo: «Yahveh ha reparado en mi cuita: ahora sí que me querrá mi marido.»
33 Concibió otra vez y dio a luz un hijo, y dijo: Yahveh ha oído que yo era aborrecida y me ha dado también a éste.» Y le llamó Simeón.
34 Concibió otra vez y dio a luz un hijo, y dijo: «Ahora, esta vez, mi marido se aficionará a mí, ya que le he dado tres hijos.» Por eso le llamó Leví.
35 Concibió otra vez y dio a luz un hijo, y dijo: «Esta vez alabo a Yahveh.» Por eso le llamó Judá, y dejó de dar a luz.
 
Génesis 30
1 Vio Raquel que no daba hijos a Jacob, y celosa de su hermana dijo a Jacob: «Dame hijos, o si no me muero.»
2 Jacob se enfadó con Raquel y dijo: ¿Estoy yo acaso en el lugar de Dios, que te ha negado el fruto del vientre?»
3 Ella dijo: «Ahí tienes a mi criada Bilhá; únete a ella y que dé a luz sobre mis rodillas: así también yo ahijaré de ella.»
4 Diole, pues, a su esclava Bilhá por mujer; y Jacob unióse a ella.
5 Concibió Bilhá y dio a Jacob un hijo.
6 Y dijo Raquel: «Dios me ha hecho justicia, pues ha oído mi voz y me ha dado un hijo.» Por eso le llamó Dan.
7 Otra vez concibió Bilhá, la esclava de Raquel, y dio a Jacob un segundo hijo.
8 Y dijo Raquel: «Me he trabado con mi hermana a brazo partido y la he podido»; y le llamó Neftalí.
9 Viendo Lía que había dejado de dar a luz, tomó a su esclava Zilpá, y se la dio a Jacob por mujer.
10 Y Zilpá, la esclava de Lía, dio a Jacob un hijo.
11 Lía dijo: «¡Enhorabuena!» Y le llamó Gad.
12 Zilpá, la esclava de Lía, dio a Jacob un segundo hijo,
13 y dijo Lía: «¡Feliz de mí! pues me felicitarán las demás.» Y le llamó Aser.
14 Una vez fue Rubén, al tiempo de la siega del trigo, y encontró en el campo unas mandrágoras que trajo a su madre Lía. Y dijo Raquel a Lía “«¿Quieres darme las mandrágoras de tu hijo?»
15 Respondióle: «¿Es poco haberte llevado mi marido, que encima vas a llevarte las mandrágoras de mi hijo?» Dijo Raquel: «Sea: que se acueste contigo Jacob esta noche, a cambio de las mandrágoras de tu hijo.»
16 A la tarde, cuando Jacob volvió del campo, sale Lía a su encuentro y le dice: «Tienes que venir conmigo porque  he pagado por ti unas mandrágoras de mi hijo.» Y él se acostó con ella aquella noche.
17 Dios oyó a Lía, que concibió y dio un quinto hijo a Jacob.
18 Y dijo Lía: «Dios me ha dado mi recompensa, a mí, que tuve que dar mi esclava a mi marido.» Y le llamó Isacar.
19 Lía concibió otra vez y dio el sexto hijo a Jacob.
20 Y dijo Lía: «Me ha hecho Dios un buen regalo. Ahora sí que me apreciará mi marido, pues le he dado seis hijos.» Y le llamó Zabulón.
21 Después dio a luz una hija a la que llamó Dina.
22 Entonces se acordó Dios de Raquel. Dios la oyó y abrió su seno,
23 y ella concibió y dio a luz un hijo. Y dijo: «Ha quitado Dios mi afrenta.»
24 Y le llamó José, como diciendo: «Añádame Yahveh otro hijo.»
25 Cuando Raquel hubo dado a luz a José, dijo Jacob a Labán: «Déjame que me vaya a mi lugar y a mi tierra.
26 Dame a mis mujeres y a mis hijos por quienes te he servido, para que me vaya; pues bien sabes bajo qué condiciones te he servido.»
27 Díjole Labán: «¡Si en algo me estimas!... Yo estaba bajo un maleficio, pero Yahveh me ha bendecido gracias a ti.»
28 Y agregó: «Fíjame tu paga, y te la daré.»
29 Respondióle: «Tu sabes cómo te he servido, y cómo le fue a tu ganado conmigo:
30 bien poca cosa tenías antes de venir yo, pero ya se ha multiplicado muchísimo, y Yahveh te ha bendecido a mi llegada. Pues bien: ¿cuándo voy a hacer yo también algo por mi casa?»
31 Dijo Labán: «¿Qué he de darte?» Respondió Jacob: «No me des nada. Si haces por mí esta, volveré a apacentar tu rebaño. Fíjate bien:
32 Voy a desfilar hoy con todo tu rebaño.  Aparta toda oveja negra y las cabras pintas y manchadas, y eso será mi paga,
33 y la garantía de mi honradez el día de mañana. Cuando te presente a controlar mi paga, todo lo que no fuere pinto  y manchado entre las cabras y negro entre los corderos, será lo que he robado.»
34 Dijo Labán: «Bien, sea como dices.»
35 Y aquel mismo día apartó los machos cabríos listados y manchados, todo lo que tenía en sí algo de blanco, así como todo lo negro entre las ovejas, y lo confió a sus hijos,
36 interponiendo tres jornadas de camino entre él y Jacob. Este último apacentaba el resto del rebaño de Labán.
37 Entonces Jacob se procuró unas vares verdes de álamo, de almendro y de plátano, y labró en ellas unas muescas blancas, dejando al descubierto lo blanco de las varas,
38 e hincó las varas así labradas en las pilas o abrevaderos a donde venían las reses a beber, justo delante de las reses, con lo que éstas se calentaban al acercarse a beber.
39 O sea, que se calentaban a la vista de las varas, y así parían crías listadas, pintas o manchadas.
40 Luego separó Jacob los machos, echándolos a lo listado y negro que ahora había en el rebaño de Labán, y así se fue formando unos hatajos propios, que no mezclaba con el rebaño de Labán.
41 Además, siempre que se calentaban las reses vigorosas, poníales Jacob las varas ante los ojos en las pilas, para  que se calentaran bajo el influjo de las varas;
42 mas cuando el ganado estaba débil, no las ponía de modo que las crías débiles eran para Labán, y las vigorosas para Jacob.
43 Así que éste medró muchísimo, y llegó a tener rebaños numerosos, y siervas y siervos y camellos y asnos.

Gregorio de Nisa

  San Gregorio de Nisa, también conocido como Gregorio Niseno, nació alrededor del año 335 en Cesarea de Capadocia, Asia Menor (actual Turqu...