viernes, 31 de agosto de 2018

Daniel 12; Apocalipsis 22

Daniel 12
1 «En aquel tiempo surgirá Miguel, el gran Príncipe que defiende a los hijos de tu pueblo. Será aquél un tiempo de  angustia como no habrá habido hasta entonces otro desde que existen las naciones. En aquel tiempo se salvará tu pueblo: todos los que se encuentren inscritos en el Libro.
2 Muchos de los que duermen en el polvo de la tierra se despertarán, unos para la vida eterna, otros para el oprobio, para el horror eterno.
3 Los doctos brillarán como el fulgor del firmamento, y los que enseñaron a la multitud la justicia, como las estrellas, por toda la eternidad.
4 «Y tú, Daniel, guarda en secreto estas palabras y sella el libro hasta el tiempo del Fin. Muchos andarán errantes  acá y allá, y la iniquidad aumentará.»
5 Yo, Daniel, miré y vi a otros dos que estaban de pie a una y otra parte del río.
6 Uno de ellos dijo al hombre vestido de lino que estaba sobre las aguas del río: «¿Cuándo será el cumplimiento de  estas maravillas?»
7 Y oí al hombre vestido de lino, que estaba sobre las aguas del río, jurar, levantando al cielo la mano derecha y la izquierda, por Aquel que vive eternamente: «Un tiempo, tiempos y medio tiempo, y todas estas cosas se cumplirán cuando termine el quebrantamiento de la fuerza del Pueblo santo.»
8 Yo oí, pero no comprendí. Luego dije: «Señor mío, ¿cuál será la última de estas cosas?»
9 Dijo: «Anda, Daniel, porque estas palabras están cerradas y selladas hasta el tiempo del Fin.
10 Muchos serán lavados, blanqueados y purgados; los impíos seguirán haciendo el mal; ningún impío comprenderá nada; sólo los doctos comprenderán.
11 Contando desde el momento en que sea abolido el sacrificio perpetuo e instalada la abominación de la desolación: mil doscientos noventa días.
12 Dichoso aquel que sepa esperar y alcance mil trescientos treinta y cinco días.
13 Y tú, vete a descansar; te levantarás para recibir tu suerte al Fin de los días.»


Apocalipsis 22
1 Luego me mostró el río de agua de Vida, brillante como el cristal, que brotaba del trono de Dios y del Cordero.
2 En medio de la plaza, = a una y otra margen del río, hay árboles de Vida, que dan fruto doce veces, una vez cada  mes; y sus hojas sirven de medicina para los gentiles. =
3 = Y no habrá ya maldición alguna; = el trono de Dios y del Cordero estará en la ciudad y los siervos de Dios le  darán culto.
4 Verán su rostro y llevarán su nombre en la frente.
5 Noche ya no habrá; no tienen necesidad de luz de lámpara ni de luz del sol, porque el Señor Dios los alumbrará  y reinarán por los siglos de los siglos.
6 Luego me dijo: «Estas palabras son ciertas y verdaderas; el Señor Dios, que inspira a los profetas, ha enviado  a su Ángel para manifestar a sus siervos = lo que ha de suceder = pronto.
7 Mira, vengo pronto. Dichoso el que guarde las palabras proféticas de este libro.»
8 Yo, Juan, fui el que vi y oí esto. Y cuando lo oí y vi, caí a los pies del Ángel que me había mostrado todo esto para adorarle.
9 Pero él me dijo: «No, cuidado; yo soy un siervo como tú y tus hermanos los profetas y los que guardan las palabras de este libro. A Dios tienes que adorar.»
10 Y me dijo: «No selles las palabras proféticas de este libro, porque el Tiempo está cerca.
11 Que el injusto siga cometiendo injusticias y el manchado siga manchándose; que el justo siga practicando la justicia y el santo siga santificándose.
12 = Mira, vengo = pronto = y traigo mi recompensa = conmigo = para pagar a cada uno según su trabajo. =
13 Yo soy el Alfa y la Omega, = el Primero y el Ultimo, = el Principio y el Fin.
14 Dichosos los que laven sus vestiduras, así podrán disponer del árbol de la Vida y entrarán por las puertas en la  Ciudad.
15 ¡Fuera los perros, los hechiceros, los impuros, los asesinos, los idólatras, y todo el que ame y practique la mentira!»
16 Yo, Jesús, he enviado a mi Ángel para daros testimonio de lo referente a las Iglesias. Yo soy el Retoño y el descendiente de David, el Lucero radiante del alba.»
17 El Espíritu y la Novia dicen: «¡Ven!» Y el que oiga, diga: «¡Ven!» Y = el que tenga sed, que se acerque, = y el que quiera, = reciba gratis agua = de vida.
18 Yo advierto a todo el que escuche las palabras proféticas de este libro: «Si alguno añade algo sobre esto, Dios  echará sobre él las plagas que se describen en este libro.
19 Y si alguno quita algo a las palabras de este libro profético, Dios le quitará su parte en el árbol de la Vida y en la Ciudad Santa, que se describen en este libro.»
20 Dice el que da testimonio de todo esto: «Sí, vengo pronto.» ¡Amén! ¡Ven, Señor Jesús!
21 Que la gracia del Señor Jesús sea con todos. ¡Amén!

Gregorio de Nisa

  San Gregorio de Nisa, también conocido como Gregorio Niseno, nació alrededor del año 335 en Cesarea de Capadocia, Asia Menor (actual Turqu...