lunes, 5 de marzo de 2018

Salmos 21-24; Romanos 15

Salmo 21 (20)
(1) = Del maestro de coro. Salmo. De David. =
 1 (2) Yahveh, en tu fuerza se regocija el rey; ¡oh, y cómo le colma tu salvación de júbilo!
 2 (3) Tú le has otorgado el deseo de su corazón, no has rechazado el anhelo de sus labios. = Pausa. =
 3 (4) Pues le precedes de venturosas bendiciones, has puesto en su cabeza corona de oro fino;
 4 (5) vida te pidió y se la otorgaste, largo curso de días para siempre jamás.
 5 (6) Gran gloria le da tu salvación, le circundas de esplendor y majestad;

6 (7) bendiciones haces de él por siempre, le llenas de alegría delante de tu rostro.
 7 (8) Sí, en Yahveh confía el rey, y por gracia del Altísimo no ha de vacilar.
 8 (9) Tu mano alcanzará a todos tus enemigos, tu diestra llegará a los que te odian;
 9 (10) harás de ellos como un horno de fuego, el día de tu rostro; Yahveh los tragará en su cólera, y el fuego los devorará;
 10 (11) harás perecer su fruto de la tierra, y su semilla de entre los hijos de Adán.

11 (12) Aunque ellos intenten daño contra ti, aunque tramen un plan, nada podrán.
 12 (13) Que tú les harás volver la espalda, ajustarás tu arco contra ellos.
 13 (14) ¡Levántate, Yahveh, con tu poder, y cantaremos, salmodiaremos a tu poderío!

Salmo 22 (21)
(1) = Del maestro de coro. Sobre «la cierva de la aurora». Salmo. De David. =
 1 (2) Dios mío, Dios mío, ¿por qué me has abandonado? ¡lejos de mi salvación la voz de mis rugidos!
 2 (3) Dios mío, de día clamo, y no respondes, también de noche, no hay silencio para mí.
 3 (4) ¡Mas tú eres el Santo, que moras en las laudes de Israel!
 4 (5) En ti esperaron nuestros padres, esperaron y tú los liberaste;
 5 (6) a ti clamaron, y salieron salvos, en ti esperaron, y nunca quedaron confundidos.

6 (7) Y yo, gusano, que no hombre, vergüenza del vulgo, asco del pueblo,
 7 (8) todos los que me ven de mí se mofan, tuercen los labios, menean la cabeza:
 8 (9) «Se confió a Yahveh, ¡pues que él le libre, que le salve, puesto que le ama!»
 9 (10) Sí, tú del vientre me sacaste, me diste confianza a los pechos de mi madre;
 10 (11) a ti fui entregado cuando salí del seno, desde el vientre de mi madre eres tú mi Dios.
 11 (12) ¡No andes lejos de mí, que la angustia está cerca, no hay para mí socorro!

12 (13) Novillos innumerables me rodean, acósanme los toros de Basán;
 13 (14) ávidos abren contra mí sus fauces; leones que desgarran y rugen.
 14 (15) Como el agua me derramo, todos mis huesos se dislocan, mi corazón se vuelve como cera, se me derrite entre mis entrañas.
 15 (16) Está seco mi paladar como una teja y mi lengua pegada a mi garganta; tú me sumes en el polvo de la muerte.
 16 (17) Perros innumerables me rodean, una banda de malvados me acorrala como para prender mis manos y mis pies.

17 (18) Puedo contar todos mis huesos; ellos me observan y me miran,
 18 (19) repártense entre sí mis vestiduras y se sortean mi túnica.
 19 (20) ¡Mas tú, Yahveh, no te estés lejos, corre en mi ayuda, oh fuerza mía,
 20 (21) libra mi alma de la espada, mi única de las garras del perro;
 21 (22) sálvame de las fauces del león, y mi pobre ser de los cuernos de los búfalos!
 22 (23) ¡Anunciaré tu nombre a mis hermanos, en medio de la asamblea te alabaré!:

23 (24) «Los que a Yahveh teméis, dadle alabanza, raza toda de Jacob, glorificadle, temedle, raza toda de Israel».
 24 (25) Porque no ha despreciado ni ha desdeñado la miseria del mísero; no le ocultó su rostro, mas cuando le invocaba le escuchó.
 25 (26) De ti viene mi alabanza en la gran asamblea, mis votos cumpliré ante los que le temen.
 26 (27) Los pobres comerán, quedarán hartos, los que buscan a Yahveh le alabarán: «¡Viva por siempre vuestro corazón!»

27 (28) Le recordarán y volverán a Yahveh todos los confines de la tierra, ante él se postrarán todas las familias de las gentes.
28 (29) Que es de Yahveh el imperio, del señor de las naciones.
 29 (30) Ante él solo se postrarán todos los poderosos de la tierra, ante él se doblarán cuantos bajan al polvo. Y para aquél que ya no viva,
 30 (31) le servirá su descendencia: ella hablará del Señor a la edad
 31 (32) venidera, contará su justicia al pueblo por nacer: Esto hizo él.

Salmo 23 (22)
(1) = Salmo. De David. =
1 Yahveh es mi pastor, nada me falta.
2 Por prados de fresca hierba me apacienta. Hacia las aguas de reposo me conduce,
3 y conforta mi alma; me guía por senderos de justicia, en gracia de su nombre.
4 Aunque pase por valle tenebroso, ningún mal temeré, porque tú vas conmigo; tu vara y tu cayado, ellos me sosiegan.
5 Tú preparas ante mí una mesa frente a mis adversarios; unges con óleo mi cabeza, rebosante está mi copa.
6 Sí, dicha y gracia me acompañarán todos los días de mi vida; mi morada será la casa de Yahveh a lo largo de los días.

Salmo 24 (23)
(1) = Salmo. De David. =

1 De Yahveh es la tierra y cuanto hay en ella, el orbe y los que en él habitan;
2 que él lo fundó sobre los mares, él lo asentó sobre los ríos.
3 ¿Quién subirá al monte de Yahveh?, ¿quién podrá estar en su recinto santo?
4 El de manos limpias y puro corazón, el que a la vanidad no lleva su alma, ni con engaño jura.
5 El logrará la bendición de Yahveh, la justicia del Dios de su salvación.
6 Tal es la raza de los que le buscan, los que van tras tu rostro, oh Dios de Jacob. = Pausa. =
7 ¡Puertas, levantad vuestros dinteles, alzaos, portones antiguos, para que entre el rey de la gloria!
8 ¿Quién es ese rey de gloria? Yahveh, el fuerte, el valiente, Yahveh, valiente en la batalla.
9 ¡Puertas, levantad vuestros dinteles, alzaos, portones antiguos, para que entre el rey de la gloria!
10 ¿Quién es ese rey de gloria? Yahveh Sebaot, él es el rey de gloria. = Pausa =

Romanos 15
1 Nosotros, los fuertes, debemos sobrellevar las flaquezas de los débiles y no buscar nuestro propio agrado.
2 Que cada uno de nosotros trate de agradar a su prójimo para el bien, buscando su edificación;
3 pues tampoco Cristo buscó su propio agrado, antes bien, como dice la Escritura: = Los ultrajes de los que te ultrajaron cayeron sobre mi. =
4 En efecto todo cuanto fue escrito en el pasado, se escribió para enseñanza nuestra, para que con la paciencia y el consuelo que dan las Escrituras mantengamos la esperanza.
5 Y el Dios de la paciencia y del consuelo os conceda tener los unos para con los otros los mismos sentimientos, según Cristo Jesús,
6 para que unánimes, a una voz, glorifiquéis al Dios y Padre de nuestro Señor Jesucristo.
7 Por tanto, acogeos mutuamente como os acogió Cristo para gloria de Dios.
8 Pues afirmo que Cristo se puso al servicio de los circuncisos a favor de la veracidad de Dios, para dar cumplimiento a las promesas hechas a los patriarcas,
9 y para que los gentiles glorificasen a Dios por su misericordia, como dice la Escritura: = Por eso te bendeciré entre los gentiles y ensalzaré tu nombre. =
10 Y en otro lugar: = Gentiles, regocijaos juntamente con su pueblo; =
11 y de nuevo: = Alabad, gentiles todos, al Señor y cántenle himnos todos los pueblos. =
12 Y a su vez Isaías dice: = Aparecerá el retoño de Jesé, el que se levanta para imperar sobre los gentiles. En él pondrán los gentiles su esperanza. =
13 El Dios de la esperanza os colme de todo gozo y paz en vuestra fe, hasta rebosar de esperanza por la fuerza del  Espíritu Santo.
14 Por mi parte estoy persuadido, hermanos míos, en lo que a vosotros toca, de que también vosotros estáis llenos  de buenas disposiciones, henchidos de todo conocimiento y capacitados también para amonestaros mutuamente.
15 Sin embargo, en algunos pasajes os he escrito con cierto atrevimiento, como para reavivar vuestros recuerdos, en  virtud de la gracia que me ha sido otorgada por Dios,
16 de ser para los gentiles ministro de Cristo Jesús, ejerciendo el sagrado oficio del Evangelio de Dios, para que  la oblación de los gentiles sea agradable, santificada por el Espíritu Santo.
17 Tengo, pues, de qué gloriarme en Cristo Jesús en lo referente al servicio de Dios.
18 Pues no me atreveré a hablar de cosa alguna que Cristo no haya realizado por medio de mi para conseguir la obediencia  de los gentiles, de palabra y de obra,
19 en virtud de señales y prodigios, en virtud del Espíritu de Dios, tanto que desde Jerusalén y en todas direcciones  hasta el Ilírico he dado cumplimiento al Evangelio de Cristo;
20 teniendo así, como punto de honra, no anunciar el Evangelio sino allí donde el nombre de Cristo no era aún conocido, para no construir sobre cimientos ya puestos por otros,
21 antes bien, como dice la Escritura: = Los que ningún anuncio recibieron de él, le verán, y los que nada oyeron, comprenderán. =
22 Esa era la razón por la cual siempre me veía impedido de llegar hasta vosotros.
23 Mas ahora, no teniendo ya campo de acción en estas regiones, y deseando vivamente desde hace muchos años ir donde vosotros,
24 cuando me dirija a España... Pues espero veros al pasar, y ser encaminado por vosotros hacia allá, después de haber disfrutado un poco de vuestra compañía.
25 Mas, por ahora, voy a Jerusalén para el servicio de los santos,
26 pues Macedonia y Acaya tuvieron a bien hacer una colecta en favor de los pobres de entre los santos de Jerusalén.
27 Lo tuvieron a bien, y debían hacérselo; pues si los gentiles han participado en sus bienes espirituales, ellos  a su vez deben servirles con sus bienes temporales.
28 Así que, una vez terminado este asunto, y entregado oficialmente el fruto de la colecta, partiré para España, pasando por vosotros.
29 Y bien sé que, al ir a vosotros, lo haré con la plenitud de las bendiciones de Cristo.
30 Pero os suplico, hermanos, por nuestro Señor Jesucristo y por el amor del Espíritu Santo, que luchéis juntamente conmigo en vuestras oraciones rogando a Dios por mí,
31 para que me vea libre de los incrédulos de Judea, y el socorro que llevo a Jerusalén sea bien recibido por los  santos;
32 y pueda también llegar con alegría a vosotros por la voluntad de Dios, y disfrutar de algún reposo entre vosotros.
33 El Dios de la paz sea con todos vosotros. Amén.

Gregorio de Nisa

  San Gregorio de Nisa, también conocido como Gregorio Niseno, nació alrededor del año 335 en Cesarea de Capadocia, Asia Menor (actual Turqu...