miércoles, 14 de marzo de 2018

Salmos 57-60; 1 Corintios 6

Salmo 57 (56)
(1) = Del maestro de coro. «No destruyas.» De David. A media voz. Cuando, huyendo de Saúl, se escondió en la cueva. =
 1 (2) Tenme piedad, oh Dios, tenme piedad, que en ti se cobija mi alma; a la sombra de tus alas me cobijo hasta que pase el infortunio.
 2 (3) Invoco al Dios Altísimo, al Dios que tanto hace por mí.
 3 (4) Mande desde los cielos y me salve, confunda a quien me pisa, envíe Dios su amor y su verdad. = Pausa. =

4 (5) Mi alma está tendida en medio de leones, que devoran a los hijos de Adán; sus dientes son lanzas y saetas, su lengua, una espada acerada.
 5 (6) ¡Alzate, oh Dios, sobre los cielos, sobre toda la tierra, tu gloria
 6 (7) Tendían ellos una red bajo mis pasos, mi alma se doblaba; una fosa cavaron ante mí, ¡cayeron ellos dentro! = Pausa. =
 7 (8) A punto está mi corazón, oh Dios, mi corazón a punto; voy a cantar, voy a salmodiar,

8 (9) ¡gloria mía, despierta!, ¡despertad, arpa y cítara!, ¡a la aurora he de despertar!
 9 (10) Te alabaré entre los pueblos, Señor, te salmodiaré entre las gentes;
 10 (11) porque tu amor es grande hasta los cielos, tu verdad hasta las nubes.
 11 (12) ¡Álzate, oh Dios, sobre los cielos, sobre toda la tierra, tu gloria!

Salmo 58 (57)
(1) = Del maestro de coro. «No destruyas.» De David. A media voz. =
 1 (2) ¿De veras, dioses, pronunciáis justicia, juzgáis según derecho a los hijos de Adán?
 2 (3) No. que de corazón cometéis injusticias, con vuestras manos pesáis la violencia en la tierra.
 3 (4) Torcidos están desde el seno los impíos, extraviados desde el vientre los que dicen mentira;
 4 (5) tienen veneno como veneno de serpiente, como el de un áspid sordo que se tapa el oído,

5 (6) que no oye la voz de los encantadores, del mago experto en el encanto.
 6 (7) ¡Oh Dios, rompe sus dientes en su boca, quiebra, Yahveh, las muelas de los leoncillos.
 7 (8) ¡Dilúyanse como aguas que se pasan, púdranse como hierba que se pisa.
 8 (9) como limaco que marcha deshaciéndose, como aborto de mujer que no contempla el sol!
 9 (10) ¡Antes que espinas echen, como la zarza, verde o quemada, los arrebate el torbellino!

10 (11) Se alegrará el justo de haber visto la venganza, sus pies bañará en la sangre del impío;
 11 (12) y se dirá: «Sí, hay un fruto para el justo; sí, hay un Dios que juzga en la tierra.»

Salmo 59 (58)
(1) = Del maestro de coro. «No destruyas.» De David. A media voz. Cuando Saúl mandó a vigilar su casa con el fin de  matarle. =
 1 (2) ¡Líbrame de mis enemigos, oh Dios mío, de mis agresores protégeme,
 2 (3) líbrame de los agentes de mal, de los hombres sanguinarios sálvame!
 3 (4) Mira que acechan a mi alma, poderosos se conjuran contra mí; sin rebeldía ni pecado en mí, Yahveh,
 4 (5) sin culpa alguna, corren y se aprestan. Despiértate, ven a mi encuentro y mira,

5 (6) tú, Yahveh, Dios Sebaot, Dios de Israel, álzate a visitar a todos los gentiles, no te apiades de ninguno de esos traidores pérfidos. = Pausa. =
 6 (7) Regresan a la tarde, aúllan como perros, rondan por la ciudad.
 7 (8) Míralos desbarrar a boca llena, espadas en sus labios: «¿Hay alguno que oiga?»
 8 (9) Mas tú, Yahveh, te ríes de ellos, tú te mofas de todos los gentiles.
 9 (10) Oh fuerza mía, hacia ti miro. Pues es Dios mi ciudadela,

10 (11) el Dios de mi amor viene a mi encuentro. Dios me hará desafiar a los que me asechan.
 11 (12) ¡Oh, no los mates, no se olvide mi pueblo, dispérsalos con tu poder, humíllalos, oh Señor, nuestro escudo!
 12 (13) Pecado es en su boca la palabra de sus labios; ¡queden, pues, presos en su orgullo, por la blasfemia, por la mentira que vocean!
 13 (14) ¡Suprime con furor, suprímelos, no existan más! Y se sepa que Dios domina en Jacob, hasta los confines de la tierra. = Pausa. =

14 (15) Regresan a la tarde, aúllan como perros, rondan por la ciudad;
 15 (16) vedlos buscando qué comer, hasta que no están hartos van gruñendo.
 16 (17) Yo, en cambio, cantaré tu fuerza, aclamaré tu amor a la mañana; pues tú has sido para mí una ciudadela, un refugio en el día de mi angustia.
 17 (18) Oh fuerza mía, para ti salmodiaré, pues es Dios mi ciudadela, el Dios de mi amor.

Salmo 60 (59)
(1) = Del maestro de coro. Según «El lirio del testimonio». A media voz. De David. Para enseñar. =
(2) Cuando luchó contra Aram de Naharáyim y Aram de Sobá, y Joab, de vuelta, derrotó a Edom, en el valle de la Sal: doce mil hombres. =
 1 (3) Nos has rechazado, oh Dios, nos has deshecho, estabas irritado, ¡oh, vuélvete a nosotros!
 2 (4) Has sacudido la tierra, la has hendido; sana sus grietas, pues se desmorona.
 3 (5) Hiciste ver a tu pueblo duras pruebas, nos diste a beber vino de vértigo.

4 (6) Diste a los que le temen la señal para que pudiesen escapar del arco. = Pausa. =
 5 (7) Para que tus amados salgan libres, ¡salva con tu diestra, respóndenos!
 6 (8) Ha hablado Dios en su santuario: «Ya exulto, voy a repartir a Siquem, a medir el valle de Sukkot.
 7 (9) «Mío es Galaad, mío Manasés, Efraím, yelmo de mi cabeza, Judá, mi cetro,
 8 (10) «Moab, la vasija en que me lavo. Sobre Edom tiro mi sandalia. ¡Canta, pues, victoria contra mí, Filistea!»

9 (11) ¿Quién me conducirá hasta la plaza fuerte, quién me guiará hasta Edom?
 10 (12) ¿No eres tú, oh Dios, que nos has rechazado, y ya no sales, oh Dios, con nuestras tropas?
 11 (13) Danos ayuda contra el adversario, que es vano el socorro del hombre.
 12 (14) ¡Con Dios hemos de hacer proezas, y él hollará a nuestros adversarios!

1 Corintios 6
1 Cuando alguno de vosotros tiene un pleito con otro, ¿se atreve a llevar la causa ante los injustos, y no ante los  santos?
2 ¿No sabéis que los santos han de juzgar al mundo? Y si vosotros vais a juzgar al mundo, ¿no sois acaso dignos de juzgar esas naderías?
3 ¿No sabéis que hemos de juzgar a los ángeles? Y ¡cómo no las cosas de esta vida!
4 Y cuando tenéis pleitos de este género ¡tomáis como jueces a los que la Iglesia tiene en nada!
5 Para vuestra vergüenza lo digo. ¿No hay entre vosotros algún sabio que pueda juzgar entre los hermanos?
6 Sino que vais a pleitear hermano contra hermano, ¡y eso, ante infieles!
7 De todos modos, ya es un fallo en vosotros que haya pleitos entre vosotros. ¿Por qué no preferís soportar la injusticia? ¿Por qué no dejaros más bien despojar?
8 ¡Al contrario! ¡Sois vosotros los que obráis la injusticia y despojáis a los demás! ¡Y esto, a hermanos!
9 ¿No sabéis acaso que los injustos no heredarán el Reino de Dios? ¡No os engañéis! Ni los impuros, ni los idólatras, ni los adúlteros, ni los afeminados, ni los homosexuales,
10 ni los ladrones, ni los avaros, ni los borrachos, ni los ultrajadores, ni los rapaces heredarán el Reino de Dios.
11 Y tales fuisteis algunos de vosotros. Pero habéis sido lavados, habéis sido santificados, habéis sido justificados en el nombre del Señor Jesucristo y en el Espíritu de nuestro Dios.
12 «Todo me es lícito»; mas no todo me conviene. «Todo me es lícito»; mas ¡no me dejaré dominar por nada!
13 La comida para el vientre y el vientre para la comida. Mas lo uno y lo otro destruirá Dios. Pero el cuerpo no es para la fornicación, sino para el Señor, y el Señor para el cuerpo.
14 Y Dios, que resucitó al Señor, nos resucitará también a nosotros mediante su poder.
15 ¿No sabéis que vuestros cuerpos son miembros de Cristo? Y ¿había de tomar yo los miembros de Cristo para hacerlos miembros de prostituta? ¡De ningún modo!
16 ¿O no sabéis que quien se une a la prostituta se hace un solo cuerpo con ella? Pues está dicho: = Los dos se harán  una sola carne. =
17 Mas el que se une al Señor, se hace un solo espíritu con él.
18 ¡Huid de la fornicación! Todo pecado que comete el hombre queda fuera de su cuerpo; mas el que fornica, peca contra  su propio cuerpo.
19 ¿O no sabéis que vuestro cuerpo es santuario del Espíritu Santo, que está en vosotros y habéis recibido de Dios, y que no os pertenecéis?
20 ¡Habéis sido bien comprados! Glorificad, por tanto, a Dios en vuestro cuerpo.

Gregorio de Nisa

  San Gregorio de Nisa, también conocido como Gregorio Niseno, nació alrededor del año 335 en Cesarea de Capadocia, Asia Menor (actual Turqu...