lunes, 21 de mayo de 2018

Sirácides 15-17; 1 Tesalonicenses 5

Eclesiástico  15
 1 Así hace el que teme al Señor, el que abraza la Ley logra sabiduría.
 2 Como una madre le sale ella al encuentro, le acoge como una esposa virgen.
 3 Le alimenta con pan de inteligencia, el agua de la sabiduría le da a beber.
 4 Se apoya él en ella y no se dobla, a ella se adhiere y no queda confundido.
 5 Ella le exalta por encima de sus prójimos, en medio de la asamblea le abre la boca.
 
 6 Contento y corona de gloria encuentra él, nombre eterno en herencia recibe.
 7 Jamás la lograrán los insensatos, los pecadores nunca la verán.
 8 Lejos está del orgullo, los mentirosos no se acuerdan de ella.
 9 No cabe la alabanza en boca del pecador, porque no le viene del Señor.
 10 Que en la sabiduría se expresa la alabanza, y el Señor la guía por buen camino.
 11 No digas: «Por el Señor me he apartado», que lo que él destesta, no lo hace.
 
 12 No digas: «El me ha extraviado», pues él no ha menester del pecador.
 13 Toda abominación odia el Señor, tampoco la aman los que le temen a él.
 14 El fue quien al principio hizo al hombre, y le dejó en manos de su propio albedrío.
 15 Si tú quieres, guardarás los mandamientos, para permanecer fiel a su beneplácito.
 16 El te ha puesto delante fuego y agua, a donde quieras puedes llevar tu mano.
 17 Ante los hombres la vida está y la muerte, lo que prefiera cada cual, se le dará.
 
 18 Que grande es la sabiduría del Señor, fuerte es su poder, todo lo ve.
 19 Sus ojos están sobre los que le temen, él conoce todas las obras del hombre.
 20 A nadie ha mandado ser impío, a nadie ha dado licencia de pecar.
 
  
Eclesiástico  16
 1 No desees multitud de hijos malvados, no te goces en tener hijos impíos.
 2 Aunque sean muchos, no te goces en ellos, si con ellos no se halla el temor del Señor.
 3 No pongas en su vida tu confianza, ni te creas seguro por ser muchos, que más vale uno que mil, y morir sin hijos que tener hijos impíos.
 4 Pues uno solo inteligente poblará una ciudad mas la raza de los sin ley quedará despoblada.
 
 5 Muchas cosas así han visto mis ojos, y más graves aún oyeron mis oídos.
 6 En la reunión de los pecadores prende el fuego, contra la nación rebelde se inflama la Cólera.
 7 No perdonó él a los antiguos gigantes que se rebelaron fiados de su fuerza.
 8 No pasó por alto al vecindario de Lot, a los que abominaba por su orgullo.
 9 No se apiadó de la nación perdida, de los que estaban engreídos en sus pecados.
 
 10 Igual trató a los seiscientos mil de a pie que se habían unido en la dureza de su corazón.
 11 Aunque fuera uno solo el de dura cerviz, sería asombroso que quedara impune. Pues misericordia e ira están con El, tan poderoso en perdón como pródigo en ira.
 12 Tan grande como su misericordia es su severidad, según sus obras juzga al hombre.
 13 No escapará el pecador con su rapiña, ni quedará fallida la paciencia del piadoso.
 
 14 Para toda limosna tiene él un sitio, cada cual hallará según sus obras.
 17 No digas: «Del Señor me esconderé, y ¿quién allá arriba se acordará de mí? Entre la gran muchedumbre no seré reconocido, pues ¿qué soy yo en la inmensa creación?»
 18 Mira, el cielo, y el cielo de los cielos, el abismo y la tierra serán sacudidos a la hora de su visita.
 19 A una los montes y los cimientos de la tierra bajo su mirada temblarán de espanto.
 
 20 Mas en todo esto no piensa el corazón del hombre, y en sus caminos, ¿quién repara?
 21 Hay tempestad que no ve el hombre, y la mayoría de sus obras se hacen en secreto.
 22 «Las obras de la justicia, ¿quién las anuncia? ¿quién las aguarda? ¡Pues la alianza está lejos!»
 23 Esto piensa el ruin de corazón; el estúpido, el perdido, sólo piensa necedades.
 24 Escúchame, hijo, y el saber aprende, aplica tu corazón a mis palabras.
 
 25 Con mesura te revelaré la doctrina, con precisión anunciaré el saber.
 26 Cuando creó el Señor sus obras desde el principio, desde que las hizo les asignó su puesto.
 27 Ordenó para la eternidad sus obras, desde sus comienzos por todas sus edades. Ni tienen hambre ni se cansan, y eso que no abandonan su tarea.
 28 Ninguna choca con otra, jamás desobedecen su palabra.
 29 Después de esto el Señor miró a la tierra, y de sus bienes la colmó.
 
 30 De todo ser viviente cubrió su faz, y a ella vuelven todos.
 
 
Eclesiástico  17
 1 De la tierra creó el Señor al hombre, y de nuevo le hizo volver a ella.
 2 Días contados le dio y tiempo fijo, y dioles también poder sobre las cosas de la tierra.
 3 De una fuerza como la suya los revistió, a su imagen los hizo.
 4 Sobre toda carne impuso su temor para que dominara a fieras y volátiles.
 6 Les formó lengua, ojos, oídos, y un corazón para pensar.
 7 De saber e inteligencia los llenó, les enseñó el bien y el mal.
 
 8 Puso su ojo en sus corazones, para mostrarles la grandeza de sus obras.
 10 Por eso su santo nombre alabarán, contando la grandeza de sus obras.
 11 Aun les añadió el saber, la ley de vida dioles en herencia.
 12 Alianza eterna estableció con ellos, y sus juicios les enseñó.
 13 Los ojos de ellos vieron la grandeza de su gloria, la gloria de su voz oyeron sus oídos.
 14 Y les dijo: «Guardaos de toda iniquidad», y a cada cual le dio órdenes respecto de su prójimo.
 
 15 Sus caminos están ante él en todo tiempo, no se ocultan a sus ojos.
 17 A cada nación asignó un jefe, mas la porción del Señor es Israel.
 19 Todas sus obras están ante él, igual que el sol, e incesantes sus ojos sobre sus caminos.
 20 No se le ocultan sus iniquidades, todos sus pecados están ante el Señor.
 22 La limosna del hombre es como un sello para él, el favor del hombre lo guarda como la pupila de sus ojos.
 
 23 Después se levantará y les retribuirá, sobre su cabeza pondrá su recompensa.
 24 Pero a los que se arrepienten les concede retorno, y consuela a los que perdieron la esperanza.
 25 Conviértete al Señor y deja tus pecados, suplica ante su faz y quita los obstáculos.
 26 Vuélvete al Altísimo y apártate de la injusticia, odia con toda el alma la abominación.
 27 ¿Quién en el seol alabará al Altísimo si los vivientes no le dan gloria?
 
 28 No hay alabanza que venga de muerto, como de quien no existe; es el que vive y goza de salud quien alaba al Señor.
 29 ¡Qué grande es la misericordia del Señor, y su perdón para los que a él se convierten!
 30 Pues no todo puede estar en poder de los hombres, que no es inmortal el hijo de hombre.
 31 ¿Qué hay más luminoso que el sol? Con todo, desaparece. Mas la carne y la sangre sólo el mal conciben.
 32 Al ejército de lo alto de los cielos pasa él revista, pero polvo y ceniza son los hombres.


1 Tesalonicenses 5

1 En lo que se refiere al tiempo y al momento, hermanos, no tenéis necesidad que os escriba.
2 Vosotros mismos sabéis perfectamente que el Día del Señor ha de venir como un ladrón en la noche.
3 Cuando digan: «Paz y seguridad», entonces mismo, de repente, vendrá sobre ellos la ruina, como los dolores de parto a la que está encinta; y no escaparán.
4 Pero vosotros, hermanos, no vivís en la oscuridad, para que ese Día os sorprenda como ladrón,
5 pues todos vosotros sois hijos de la luz e hijos del día. Nosotros no somos de la noche ni de las tinieblas.
6 Así pues, no durmamos como los demás, sino velemos y seamos sobrios.
7 Pues los que duermen, de noche duermen, y los que se embriagan, de noche se embriagan.
8 Nosotros, por el contrario, que somos del día, seamos sobrios; = revistamos la coraza = de la fe y de la caridad, = con el yelmo = de la esperanza = de salvación. =
9 Dios no nos ha destinado para la cólera, sino para obtener la salvación por nuestro Señor Jesucristo,
10 que murió por nosotros, para que, velando o durmiendo, vivamos juntos con él.
11 Por esto, confortaos mutuamente y edificaos los unos a los otros, como ya lo hacéis.
12 Os pedimos, hermanos, que tengáis en consideración a los que trabajan entre vosotros, os presiden en el Señor y os amonestan.
13 Tenedles en la mayor estima con amor por su labor. Vivid en paz unos con otros.
14 Os exhortamos, asimismo, hermanos, a que amonestéis a los que viven desconcertados, animéis a los pusilánimes,  sostengáis a los débiles y seáis pacientes con todos.
15 Mirad que nadie devuelva a otro mal por mal, antes bien, procurad siempre el bien mutuo y el de todos.
16 Estad siempre alegres.
17 Orad constantemente.
18 En todo dad gracias, pues esto es lo que Dios, en Cristo Jesús, quiere de vosotros.
19 No extingáis el Espíritu;
20 no despreciéis las profecías;
21 examinadlo todo y quedaos con lo bueno.
22 = Absteneos de todo genero de mal. =
23 Que El, el Dios de la paz, os santifique plenamente, y que todo vuestro ser, el espíritu, el alma y el cuerpo,  se conserve sin mancha hasta la Venida de nuestro Señor Jesucristo.
24 Fiel es el que os llama y es él quien lo hará.
25 Hermanos, orad también por nosotros.
26 Saludad a todos los hermanos con el beso santo.
27 Os conjuro por el Señor que esta carta sea leída a todos los hermanos.
28 La gracia de nuestro Señor Jesucristo sea con vosotros.

Gregorio de Nisa

  San Gregorio de Nisa, también conocido como Gregorio Niseno, nació alrededor del año 335 en Cesarea de Capadocia, Asia Menor (actual Turqu...