miércoles, 30 de mayo de 2018

Sirácides 39-41; 1 Timoteo 4

Eclesiástico  39
 1 No así el que aplica su alma a meditar la ley del Altísimo. La sabiduría de todos los antiguos rebusca, a los profecías consagra sus ocios,
 2 conserva los relatos de varones célebres, en los repliegues de las parábolas penetra,
 3 busca los secretos de los proverbios y en los enigmas de las parábolas insiste.
 4 En medio de los grandes ejerce su servicio, ante los jefes aparece; viaja por tierras extranjeras, adquiere experiencia de lo bueno y lo malo entre los hombres.
 
 5 Aplica su corazón a ir bien de mañana donde el Señor su Hacedor; suplica ante el Altísimo, abre su boca en oración y por sus pecados suplica.
 6 Si el gran Señor lo quiere, del espíritu de inteligencia será lleno. El mismo derramará como lluvia las palabras de su sabiduría, y en la oración dará gracias al Señor.
 7 Enderezará su consejo y su ciencia. y en sus misterios ocultos hará meditación.
 
 8 Mostrará la instrucción recibida, y en la ley de la alianza del Señor se gloriará.
 9 Muchos elogiarán su inteligencia, jamás será olvidada. No desaparecerá su recuerdo, su nombre vivirá de generación en generación.
 10 Su sabiduría comentarán las naciones, su elogio, lo publicará la asamblea.
 11 Mientras viva, su nombre dejará atrás a mil, y cuando descanse, él le bastará.
 12 Aún voy a hablar después de meditar, que estoy colmado como la luna llena.
 
 13 Escuchadme, hijos piadosos, y creced como rosa que brota junto a corrientes de agua.
 14 Como incienso derramad buen olor, abríos en flor como el lirio, exhalad perfume, cantad un cantar, bendecid al Señor por todas sus obras.
 15 Engrandeced su nombre, dadle gracias por su alabanza, con los cantares de vuestros labios y con cítaras, decid así en acción de gracias:
 16 ¡Qué hermosas son todas las obras del Señor! todas sus órdenes se ejecutan a su hora. No hay por qué decir: ¿Qué es esto? Y esto ¿para qué?, que todo se ha de buscar a su tiempo.
 
 17 A su orden el agua se detiene en una masa, a la palabra de su boca se forman los depósitos de las aguas.
 18 A una orden suya se hace todo lo que desea, y no hay quien pueda estorbar su salvación.
 19 Las obras de toda carne están delante de él, y nada puede ocultarse a sus ojos.
 20 Su mirada abarca de eternidad a eternidad, y nada hay admirable para él.
 21 No hay por qué decir: ¿Qué es esto? Y esto ¿para qué?, pues todo ha sido creado con un fin.
 
 22 Su bendición se ha desbordado como un río, como un diluvio ha inundado la tierra.
 23 De igual modo las naciones recibirán en herencia su ira, como cuando él cambió las aguas en salinas.
 24 Sus caminos rectos son para los santos, así como para los sin ley son piedras de tropiezo.
 25 Los bienes están desde el principio creados para los buenos, así como los males para los pecadores.
 26 De primera necesidad para la vida del hombre es el agua, el fuego, el hierro y la sal, la flor de harina de trigo, la leche y la miel, el jugo de uva, el aceite y el vestido.
 
 27 Todo esto son bienes para los piadosos, mas para los pecadores se truecan en males.
 28 Hay vientos creados para el castigo, en su furor ha endurecido él sus látigos; al tiempo de la consumación su fuerza expanden, y desahogan el furor del que los hizo.
 29 Fuego y granizo, hambre y muerte, para el castigo ha sido creado todo esto.
 30 Y dientes de fieras, escorpiones, víboras y espada vengadora para la perdición del impío.
 
 31 Todos hallan contento en hacer su mandato, en la tierra están prontos para su menester, y llegada la ocasión no traspasarán su orden.
 32 Por eso desde el principio me reafirmé, medité y he puesto por escrito:
 33 «Las obras del Señor son todas buenas, a su tiempo provee él a toda necesidad.
 34 No hay por qué decir: Esto es peor que aquello, porque todo a su tiempo es aprobado.
 35 Y ahora con todo el corazón y la boca cantad himnos y bendecid el nombre del Señor.»
 
 
  
 
 
Eclesiástico  40
 1 Grandes trabajos han sido creados para todo hombre, un yugo pesado hay sobre los hijos de Adán, desde el día que salieron del vientre de su madre, hasta el día del retorno a la madre de todo.
 2 Sus reflexiones, el miedo de su corazón es la idea del futuro, el día de la muerte.
 3 Desde el que está sentado en un trono glorioso, hasta el que en tierra y ceniza está humillado,
 4 desde el que lleva púrpura y corona, hasta el que se cubre de tela grosera, sólo furor, envidia, turbación, inquietud, miedo a la muerte, resentimiento y discordia.
 
 5 A la hora del descanso en la cama, el sueño de la noche altera el conocimiento.
 6 Poco, casi nada, reposa, y ya en sueños, como en día de guardia, se ve turbado por las visiones de su corazón, como el que ha huído ante el combate.
 7 A la hora de su turno se despierta, sorprendido de su vano temor.
 8 Para toda carne, del hombre hasta la bestia, mas para los pecadores siete veces más:
 9 Muerte, sangre, discordia, espada, adversidades, hambre, tribulación, azote.
 
 10 Contra los sin ley fue creado todo esto, y por su culpa se produjo el diluvio.
 11 Todo cuanto de tierra viene, a tierra vuelve, y cuanto de agua, en el mar desemboca.
 12 Todo don e injusticia serán aventados, más la fidelidad subsistirá por siempre.
 13 Las riquezas de los injustos se esfumarán como un torrente, como un gran trueno que en tormenta estalla.
 14 Cuando él abre las manos, se contenta, así los transgresores desaparecerán por completo.
 
 15 Los vástagos de los impíos no tienen muchas ramas, las raíces impuras sólo hallan piedra áspera.
 16 Caña que brota en toda agua o borde de río será arrancada antes que toda hierba.
 17 La caridad es como un paraíso de bendición, y la limosna permanece para siempre.
 18 La vida del que se basta a sí mismo y del obrero es dulce, pero más que ambos el que encuentra un tesoro.
 19 Los hijos y la fundación de una ciudad perpetúan el nombre, pero más que ambas cosas es estimada la mujer intachable.
 
 20 El vino y la música ponen contento el corazón, pero más que ambas cosas el amor a la sabiduría.
 21 La flauta y el salterio hacen el canto suave, pero más que ambas cosas la lengua dulce.
 22 Gracia y belleza el ojo anhela, pero más que ambas cosas el verdor del sembrado.
 23 Amigo y compañero se encuentran a su hora, pero más que ambos la mujer con el marido.
 24 Amigos y socorro para el tiempo de tribulación, pero más que ambos salva la limosna.
 
 25 Oro y plata hacen el paso firme, pero más que ambos se estima el consejo.
 26 La riqueza y la fuerza realzan el corazón, pero más que las dos, el temor del Señor. En el temor del Señor no existe mengua, con él no hay ya por qué buscar ayuda.
 27 El temor del Señor como un paraíso de bendición, protege él más que toda gloria.
 28 Hijo, no lleves una vida de mendicidad, que más vale morir que mendigar.
 29 Hombre que mira a la mesa de otro no merece el nombre de vida su existencia. Con comida ajena mancha su boca, pero el hombre instruido y educado de ello se guardará.
 
 30 En la boca del descarado la mendicidad resulta dulce, pero en su vientre es un fuego que abrasa.
 
  
 
 
Eclesiástico  41
 1 ¡Oh muerte, qué amargo es tu recuerdo para el hombre que vive en paz entre sus bienes, para el varón desocupado a quien en todo le va bien, y todavía con fuerzas para servirse el alimento!
 2 ¡Oh muerte, buena es tu sentencia para el hombre necesitado y carente de fuerzas, para el viejo acabado, ahíto de cuidados, que se rebela y ha perdido la paciencia!
 3 No temas la sentencia de la muerte, recuerda tus comienzos y tu fin.
 
 4 Esta sentencia viene del Señor sobre toda carne, ¿por qué desaprobar el agrado del Altísimo? Ya se viva diez, cien, mil años, no se reprocha en el seol la vida.
 5 Hijos abominables son los hijos de los pecadores que viven en vecindad de impíos.
 6 La herencia de los hijos de los pecadores va a la ruina, con su linaje se perpetúa el oprobio.
 7 Al padre impío le reprochan sus hijos, porque por causa de él viven en oprobio.
 
 8 ¡Ay de vosotros, impíos, que la ley del Altísimo habéis abandonado!
 9 Si nacéis, para la maldición nacéis, si morís, la maldición heredáis.
 10 Todo cuanto viene de tierra, a tierra volverá, así irán los impíos de la maldición a la ruina.
 11 El duelo de los hombres se dirige a sus cuerpos, pero el nombre de los pecadores, que no es bueno, se borrará.
 12 Preocúpate de tu nombre, que eso te queda, más que mil grandes tesoros de oro.
 
 13 La vida buena tiene un límite de días, pero el buen nombre permanece para siempre.
 14 Conservad la instrucción en paz, hijos. Sabiduría escondida y tesoro invisible, ¿qué provecho hay en ambos?
 15 Más vale hombre que oculta su necedad, que hombre que oculta su sabiduría.
 16 Así pues, ruborizaos de lo que os voy a señalar, que no es bueno guardar toda vergüenza, ni todo es apreciato fielmente por todos.
 
 17 Ante un padre y una madre avergonzaos de la fornicación, de la mentira, ante el jefe y el poderoso;
 18 del extravío, ante juez y el magistrado, de la iniquidad, ante la asamblea y el pueblo;
 19 de la injusticia, ante el compañero y el amigo, del robo, ante el lugar en que resides;
 20 y ante la verdad de Dios y la alianza: de clavar los codos en los panes,
 21 de despreciar la recepción y el don, de callarse ante los que saludan,
 
 22 de mirar a mujer prostituta, de volver la cara a tu pariente,
 23 de quitar la parte y el don de otro, de clavar los ojos en mujer casada,
 24 de intimidades con la criada - ¡no te acerques a su lecho! -
 25 de palabras injuriosas ante los amigos - después de dar no hagas reproches -
 26 de repetir la palabra oída, de revelar las palabras secretas.
 27 Serás entonces de verdad un hombre ruboroso, y ante todo el mundo hallarás gracia.

1 Timoteo 4
1 El Espíritu dice claramente que en los últimos tiempos algunos apostatarán  de la fe entregándose a espíritus engañadores y a doctrinas diabólicas,
2 por la hipocresía de embaucadores que tienen marcada a fuego su propia conciencia;
3 éstos prohíben el matrimonio y el uso de alimentos que Dios creó para que fueran comidos con acción de gracias  por los creyentes y por los que han conocido la verdad.
4 Porque todo lo que Dios ha creado es bueno y no se ha de rechazar ningún alimento que se coma con acción de gracias;
5 pues queda santificado por la Palabra de Dios y por la oración.
6 Su tú enseñas estas cosas a los hermanos, serás un buen ministro de Cristo Jesús, alimentado con las palabras de la fe y de la buena doctrina que has seguido fielmente.
7 Rechaza, en cambio, las fábulas profanas y los cuentos de viejas. Ejercítate en la piedad.
8 Los ejercicios corporales sirven para poco; en cambio la piedad es provechosa para todo, pues tiene la promesa de la vida, de la presente y de la futura.
9 Es cierta y digna de ser aceptada por todos esta afirmación:
10 Si nos fatigamos y luchamos es porque tenemos puesta la esperanza en Dios vivo, que es el Salvador de todos los  hombres, principalmente de los creyentes.
11 Predica y enseña estas cosas.
12 Que nadie menosprecie tu juventud. Procura, en cambio, ser para los creyentes modelo en la palabra, en el comportamiento, en la caridad, en la fe, en la pureza.
13 Hasta que yo llegue, dedícate a la lectura, a la exhortación, a la enseñanza.
14 No descuides el carisma que hay en ti, que se te comunicó por intervención profética mediante la imposición de las manos del colegio de presbíteros.
15 Ocúpate en estas cosas; vive entregado a ellas para que tu aprovechamiento sea manifiesto a todos.
16 Vela por ti mismo y por la enseñanza; persevera en estas disposiciones, pues obrando así te salvarás a ti mismo y a los que te escuchen.

Gregorio de Nisa

  San Gregorio de Nisa, también conocido como Gregorio Niseno, nació alrededor del año 335 en Cesarea de Capadocia, Asia Menor (actual Turqu...